Ganadería

Argentina: Primera producción de ganado vacuno certificado con carbono negativo

Con el objetivo de fortalecer su competitividad y sustentabilidad, investigadores del INTA y el INTI realizaron un estudio con datos científicos que permitieron certificar la producción de un kilo vivo bovino en un campo ganadero de Entre Ríos.

Este logro es fruto de un trabajo de investigación junto con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), mediante el sistema de certificación Declaraciones Ambientales de Producto (EPD, por su sigla en inglés). Se trata de un documento verificado y registrado por terceras partes independientes que comunica de manera voluntaria información objetiva y comparable sobre el impacto ambiental de un producto o servicio durante su ciclo de vida, con el método Análisis de Ciclo de Vida, de conformidad con la norma de Ecoetiquetado ISO 14025.

Según el especialista en análisis de huellas ambientales del INTA Manfredi, Rodolfo Bongiovanni, “se certificó la producción de animales en el campo, la etapa primaria que se llama upstream. Es decir, desde que se generan todos los productos para producir, todos los insumos, todos los factores de la producción, hasta que se logra un kilo de peso vivo en la tranquera del campo”.

Este eco-etiquetado, dijo que considera 10 impactos ambientales dentro de los que se destaca la huella de carbono, que es el más conocido, pero no es el único, y dentro de esta, el animal peso vivo tiene una huella asociada al propio animal, principalmente la fermentación entérica, de unos 12 kilos de dióxido de carbono equivalente por cada kilo vivo.

Cuando se tiene en cuenta el sistema de producción, la remoción de carbono o secuestro de carbono que hay en un manejo silvopastoril, con pasturas perennes, se llega a una reducción de la huella de carbono, a una compensación, y en el balance queda un valor final de 1,77 negativo, es decir, una remoción de 1,77 kilos de dióxido de carbono equivalente por cada kilo de peso vivo.

Estos datos científicos son muy valiosos y permiten demostrar que la producción ganadera en un sistema silvopastoril mejorado tiene una huella favorable sobre el ambiente porque secuestra carbono.

Fuente: Contexto Ganadero.

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Productores indígenas apuestan por el cáñamo industrial

Productores de la Comunidad indígena Casuarina, del municipio de Neuland, departamento de Boquerón, Chaco, formarán parte del Proyecto de Producción de Cáñamo Industrial no psicoactivo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

En esta primera producción, 6 productos indígenas serán beneficiados con la entrega de semillas de cáñamo, firma de contrato para la compra de la producción, además de asistencia técnica del MAG, en una dimensión de 6 hectáreas.

Los productores indígenas actualmente dependen principalmente del cultivo de sésamo y poroto como fuente de ingresos. Sin embargo, gracias a esta iniciativa del MAG, tendrán la oportunidad de diversificar sus cultivos y expandir sus actividades.

Este trabajo se logra mediante la acción interinstitucional del Ministerio de Agricultura y Ganadería, a través de su Dirección de Extensión Agraria, la Secretaría Nacional Antidrogas y la empresa Healthy Grains S.A.

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Concluye exitosamente el muestreo de suelo en áreas protegidas

Técnicos de la Dirección de Laboratorio del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), culminaron con éxito la temporada húmeda de muestreo de suelo en las Áreas Silvestres Protegidas de dominio público, estas muestras serán analizadas en el Laboratorio del Mades con el fin de conocer el porcentaje de captación de carbono total, nitrógeno total en suelo y en detritus (hojarascas), así como la humedad y densidad del suelo.

Los resultados son indicadores para determinar el comportamiento del suelo y la capacidad que tienen como sumidero de dióxido de carbono (CO2) “atrapándolo” de la atmósfera por un proceso natural que es la fotosíntesis.

Cabe mencionar que las muestras fueron colectadas con apoyo de los guardaparques de las áreas silvestres protegidas, quienes fueron entrenados para realizar el levantamiento de muestras de manera óptima y así fortalecer este trabajo que se realiza cada año en dos etapas, la temporada húmeda y la temporada seca .

Estas actividades corresponden a un trabajo sistemático que inició con el apoyo de la JICA en el año 2017 dentro del Programa de Preservación Forestal en el marco de cooperación entre los gobiernos de Paraguay y Japón, iniciando la medición en 8 Parques Nacionales y a partir del año 2021 se agregaron más áreas silvestres protegidas a la lista de muestreo, totalizando al día de hoy 15 áreas silvestres protegidas, este trabajo apunta a obtener datos auténticos y valorizar estas áreas como mayores depósitos de almacenamiento de carbono total contribuyendo a mitigar el cambio climático.

Fuente: Mades.