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Paraguay tiene todo para ser una gran potencia agroindustrial, pero faltan políticas públicas

Considerando las declaraciones del representante de la Cámara Aceitera argentina, donde avizora que Paraguay se va a convertir en la “gran fábrica” de la región en los próximos años para el procesamiento de oleaginosas y la obtención no solo de aceites y sus subproductos, sino también de biocombustibles y otros derivados que implican avanzar en la cadena de valor, desde la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO) destacan que desde hace ya varios años han venido remarcando el gran potencial que tiene el sector agroindustrial paraguayo.

Si se avanza en la construcción de políticas públicas adecuadas, que permitan convertir lo que aún es potencial en una realidad, se verán no solo mayores inversiones en este sector en el país, sino más y mejores empleos formales y de calidad (con la consecuente transferencia de tecnología), además, se generará un mayor ingreso de divisas por exportar más productos industrializados de mayor valor en lugar de materias primas agrícolas en su estado natural, produciendo un efecto derrame en toda nuestra economía, provocando también la diversificación de las industrias que se instalen en el país, que utilicen las subproductos -harina, aceite crudo o desgomado y cascarilla de soja- que provean las industrias aceiteras nacionales, se lee en el comunicado de la CAPPRO.

Tanto las aceiteras como las industrias de biocombustibles o cualquier otra que se alimente de las oleaginosas y sus derivados permitirán profundizar mucho más el aprovechamiento interno de los productos agrícolas que actualmente ya se obtienen gracias al excelente trabajo de los productores y el apoyo de toda la cadena. Esto hace mucho más profundo el impacto que generan este tipo de inversiones frente a otras de similar cuantía, pero donde el encadenamiento y la demanda interna son inferiores.

Pero al tiempo de hablar de este gran potencial, desde la CAPPRO han destacado siempre que para eso es necesario establecer una política industrial clara que permita, como un primer paso, que la industria aceitera nacional pueda al menos volver a trabajar a niveles cercanos a su capacidad instalada, “si queremos luego pensar en atraer nuevas inversiones que permitan aprovechar en mayor medida nuestra producción. En ese sentido, recordemos que en buenos años la producción de soja, nuestra principal oleaginosa, se ubica entre 10 y 11 millones de toneladas anuales, mientras que la capacidad instalada de procesamiento de nuestras industrias aceiteras es de solo 4,2 millones de toneladas anuales, es decir, menos de la mitad”, destacaron desde la cámara.

De esta capacidad total, en los últimos tres años “normales” (descontando la sequía del 2022) se han procesado apenas 3,01 millones de toneladas en promedio por año de soja, lo que implica que cada año las aceiteras nacionales se ven forzadas a no aprovechar cerca del 30 % de su capacidad, a pesar de que exista materia prima agrícola disponible. Si bien la producción de soja se ha incrementado en un 28 % entre el 2014 y el 2024 de acuerdo con las estadísticas, la industrialización total de esta oleaginosa no tuvo el mismo comportamiento e incluso el año pasado fue un 8 % menor que la que se había conseguido en 2014.

Cabe destacar también que, en este mismo periodo evaluado, la capacidad instalada se ha reducido en torno a unas 300 mil toneladas / año, ya que en 2018 una de las industrias asociadas al gremio decidió suspender sus operaciones de molienda de oleaginosas. Esto se da simple y llanamente porque, en las condiciones actuales, es más competitivo vender esta materia prima a las fábricas del extranjero en lugar de aprovecharla en el país; con lo que resulta difícil pensar que el escenario que plantean desde el exterior, de que Paraguay se convierta en una “gran fábrica” en este sector, se pueda concretar si no se corrige esta situación, ya que si la industria aceitera que procesa soja y otras materias primas agrícolas no logra consolidarse, tampoco se puede pensar en el desarrollo de las industrias de biocombustibles, alimentos balanceados y otras que puedan aprovechar esta producción. Además, existe una alta demanda desde Argentina por los granos paraguayos gracias a que en este país existe un régimen de admisión temporaria que facilita la importación de materia prima tanto de Paraguay como de otros países alrededor del mundo.

En los últimos 5 años ya cerrados (2019-2023), este mercado fue el destino de alrededor del 78 % de toda la soja en estado natural que se exportó desde Paraguay.

“Cuando hablamos de una política industrial clara que nos ayude a concretar el potencial del sector, desde la CAPPRO nos referimos básicamente a medidas que pueden resumirse en cinco ejes principales: un esquema de equiparación tributaria para la industria aceitera con relación al resto de las industrias que exportan (actualmente es la única industria que no tiene derecho a la devolución del IVA al exportar productos industrializados); seguir trabajando para demostrar que la producción nacional es sustentable, para que el país se pueda adaptar a las exigencias de los consumidores; la lucha frontal y permanente contra el contrabando; mantener y mejorar las condiciones de navegabilidad de nuestra principal vía de conexión al mundo, la hidrovía Paraguay – Paraná, y; el establecimiento por ley del régimen de admisión temporaria para importar materias primas agrícolas, de modo a que nuestras industrias puedan contar con las mismas herramientas que sus pares de otros países”, refieren los industriales.

Las mismas noticias que hablaban sobre el potencial del sector agroindustrial en Paraguay destacaban también la posición compleja del mismo sector en Argentina (a pesar de ser el principal proveedor global de varios productos derivados, principalmente de la soja) debido a decisiones políticas que han frenado su potencial de desarrollo, impidiendo que aparezcan nuevas inversiones. Mirando la historia de la industria aceitera paraguaya no se puede dejar de notar las similitudes, ya que luego de un gran flujo de inversiones a inicios de la década pasada, el sector se posicionó como la principal actividad industrial en saldo de Inversión Directa, posición que mantiene hasta la última actualización del Banco Central del Paraguay. Sin embargo, desde aquel momento hace ya más de 10 años en que muchas industrias nuevas y otras que fueron ampliadas y mejoradas comenzaron a funcionar, se han dado cambios en las reglas que redujeron la competitividad del sector, modificando de manera significativa los planes iniciales que se tenían y frenando las inversiones, ya que el escenario se presentaba y se presenta incierto, con lo cual no existe previsibilidad para los inversionistas.

Muchas industrias de la CAPPRO tenían incluso planes de expansión totalmente diseñados antes de estos cambios de regla, que lógicamente, quedaron en stand by; incluso otras empresas que no son socias del gremio, que tenían todo listo para iniciar con la construcción de sus industrias en el país decidieron no hacerlo, ya que esos cambios impactaron negativamente en la competitividad de las industrias aceiteras. “De esta forma, desde la CAPPRO remarcamos que Paraguay tiene todo para convertirse en una potencia agroindustrial, pero falta la voluntad política para ayudar a convertir lo que es potencialidad, en una realidad, en beneficio del país y todas las familias paraguayas”, finaliza el comunicado del gremio

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Un homenaje al trabajo de los productores lácteos

La FECOPROD Ltda. y la Cooperativa Colonias Unidas unieron esfuerzos para organizar el esperado evento del Día de la Leche en el salón auditorio de Agrodinámica, situado en Hohenau, Itapúa.

Esta celebración anual conmemora el Día Internacional de la Leche, establecido por la FAO en 2001 para fomentar el consumo de productos lácteos en todo el mundo.

El presidente de la Federación de Cooperativas de Producción FECOPROD Ltda., Alfred Fast, resaltó la importancia del evento, afirmando: «Con esta iniciativa, queremos reconocer y respaldar el arduo trabajo de cada productor lechero, quienes día a día se esfuerzan por proporcionar un alimento tan completo y vital para la humanidad».

Fast también compartió datos relevantes sobre la producción láctea en Paraguay, señalando que el país produce aproximadamente 2,5 millones de litros de leche al día, lo que afecta directamente a unos 5500 productores. Destacó que el sector cooperativo tiene una participación significativa, representando alrededor del 89 % de la industria láctea a nivel nacional, con la FECOPROD brindando asistencia a unos 2800 productores y aproximadamente 160.000 vacas lecheras.

El ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Giménez, estuvo presente en el evento y reafirmó el compromiso del Gobierno Nacional con el sector productivo. Giménez enfatizó que Paraguay tiene un gran potencial para seguir creciendo en el área láctea y prometió continuar apoyando para que el país sea reconocido a nivel mundial.

Además de las destacadas palabras de los líderes de la industria, el evento contó con la participación de autoridades nacionales y representantes del sector productivo, consolidando así el compromiso conjunto de impulsar el desarrollo del sector lácteo en Paraguay.

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Nuevo récord de generación de energía

La central hidroeléctrica Yacyretá alcanzó un hito histórico al registrar su mayor nivel de suministro diario de energía al Sistema Interconectado Nacional Paraguayo desde que comenzó a operar.

La Entidad Binacional Yacyretá (EBY), informó que registró, el jueves 30 de mayo, un nuevo récord de suministro diario de energía para el Sistema Interconectado Nacional Paraguayo, desde el inicio de su operación.

El valor actual suministrado fue de 23.787 MWh, superando en 1.908 MWh al anterior récord registrado el 04 de diciembre del 2022

Asimismo, también se registró un nuevo récord semanal de suministro de energía para el Sistema Interconectado Nacional Paraguayo en fecha 27 de mayo al 02 de junio del año 2024, siendo el valor de 120.501 MWh.

De acuerdo con estas cifras, se ha superado por 16.949 MWh al anterior récord registrado en la semana 11 de marzo al 17 de marzo del 2024.

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Martín Burt lleva ¿Quién es dueño de la pobreza? a Brasil

Este miércoles 5 de junio, en sede de la Federación de Industrias del Estado de São Paulo, Brasil (FIESP), tendrá lugar el evento denominado “Empresa sem pobreza” o “Empresa sin pobreza”, en español, organizado por el Instituto Polaris, donde se realizará la presentación oficial de la edición en portugués del libro escrito por el Dr. Martín Burt: “Quem é o dono da pobreza”.

El evento reunirá a empresarios y profesionales de recursos humanos para presentar la metodología: «Semáforo de Eliminación de Pobreza», también creada por el director ejecutivo de Fundación Paraguaya, Dr. Martín Burt, que se está implementando en Brasil, y otros 58 países.

«Estamos entusiasmados de reunir a líderes del sector empresarial comprometidos con minimizar la desigualdad social en nuestro país», dijo Gigi Cavalieri, presidente del Instituto Polaris.

El libro del Dr. Martín Burt, “¿Quién es dueño de la pobreza?” fue presentado en el año 2019, en español e inglés, en la Universidad de Columbia, en Nueva York, EE. UU, por el Premio Nobel de Economía, Edmund Phelps, quien en la ocasión destacó que: “Este libro traerá cambios importantes en las políticas públicas”.

El material expone una nueva visión de cómo medir la pobreza, que no se limita solo al ingreso económico diario, sino que engloba aspectos multidimensionales, que son determinantes para definir lo que necesitan las familias para salir adelante, con testimonios respaldados por más de 30 años de experiencia trabajando con las comunidades más vulnerables de Paraguay.

Con este libro, el Dr. Martín Burt busca cambiar radicalmente la forma en que analizamos la realidad de las familias más vulnerables, y a la vez nos demuestra que un mundo sin pobreza realmente es posible.

Más sobre el Instituto Polaris. En 2022, el Instituto Polaris y la Fundación Paraguaya firmaron un Convenio de Cooperación con el objetivo de establecer una alianza para implementar el Semáforo con empresas brasileñas. Desde entonces, Polaris ha promovido el programa para varias organizaciones, beneficiando actualmente a un total de 31 familias.

En el proceso de implementación de la metodología del Semáforo de Eliminación de la Pobreza, Polaris adoptó el Semáforo, como programa de responsabilidad social, creando una marca e imagen propia, denominada EMPRESAS SEM POBREZA. Como organización su meta es aplicar el Semáforo con organizaciones brasileñas en general.

La métrica y metodología del Semáforo de Eliminación de la Pobreza, se trata de una herramienta que plantea unos 50 indicadores para identificar la pobreza multidimensional, asignando a cada uno un color, los del semáforo (rojo, extrema pobreza; amarillo, pobreza; verde, situación ideal), para reconocer de manera sencilla las bendiciones y los obstáculos a superar para mejorar la calidad de vida de las familias y sumarse así al desafío de construir un mundo sin pobreza.