La Dra. Natalia Enciso, una mujer originaria de Caaguazú, ha encontrado su lugar en el mundo de la ganadería. Tras emigrar a Santa Rosa del Aguaray, departamento de San Pedro, no solo ha transformado su vida, sino que también ha influido positivamente en su comunidad. Sus compañeras de la Asociación de Mujeres Agropecuarias del Norte reunidas por primera vez en Congreso en la Feria Agropecuaria San Pedro aseguraron que su historia es un testimonio de esfuerzo, dedicación y valentía, cualidades que reflejan la esencia de la ganadería familiar en Paraguay.
Natalia sabe bien lo que significa tener que equilibrar las exigencias del hogar con las de un trabajo que no solo da sustento, sino también orgullo. “Muchas mujeres que tienen otras actividades fuera de su hogar tienen que hacer un esfuerzo para desarrollarse profesionalmente y eso nos caracteriza a nosotras, que podemos tener nuestra cabeza tanto en casa como en nuestro trabajo”, dice con determinación.
Y es que, para ella, el trabajo de la mujer en el campo tiene que ser visible, porque muchas veces se realiza en silencio, sin reconocimiento. “El trabajo que hacemos, aunque no se vea, tiene un gran impacto. Es tan importante como el de cualquiera que se muestra en público”, señaló dirigiéndose a sus colegas productoras en el salón auditorio de la Feria Agropecuaria San Pedro en donde se encargó de presentar la ponencia “Ganadería Familiar”.
Natalia asegura que la ganadería familiar en Paraguay, un modelo en el que la familia trabaja junta, es mucho más que una actividad económica: es un medio para asegurar la alimentación, generar ingresos y, sobre todo, fortalecer el tejido social. “Nuestra ganadería envuelve todo tu entorno: trabaja tu hijo, trabaja tu marido… y eso es lo que la hace tan especial”, explica Natalia. Aquí, lo que se produce se queda en la familia y se distribuye en la comunidad”, añade.
La Dra. Natalia indica que a pesar de que es importante que la ganadería familiar mantenga vivas muchas prácticas ancestrales, también se debe reconocer la necesidad de actualizarse con tecnologías y conocimientos más modernos para hacerla más eficiente. “Hoy en día tenemos herramientas que nuestros padres y abuelos no conocían, y eso nos permite mejorar la producción y asegurar que nuestros hijos tengan comida en casa”, comenta.
“Los detalles importan… Cada paso que damos es una victoria para todas las mujeres del campo”, apuntó la profesional.
ELEMENTOS FUNDAMENTALES
El agua, el pasto, el manejo de recursos y la salud del ganado son elementos fundamentales para mantener un sistema de producción sostenible. “Una buena gestión del pasto y el agua puede marcar la diferencia”, explica Natalia. Ella misma ha visto de cerca cómo la calidad del agua afecta directamente el peso de los animales y, por ende, la rentabilidad de la producción.
“Lo que yo quiero es que cada productor, especialmente las mujeres, sepa la importancia de estos detalles, porque pueden cambiar su economía”, afirma con firmeza.
No obstante, Natalia también reconoce que la mujer enfrenta desafíos que van más allá de los cuidados diarios en la finca. “El acceso a crédito es uno de los mayores obstáculos. A veces, como mujeres, nos resulta más difícil obtener respaldo, garantías. Las políticas deben cambiar para que podamos acceder a los recursos que necesitamos para mejorar nuestras fincas”, expresa, reconociendo que las mujeres en el campo tienen que luchar el doble para ser sentirse escuchadas y apoyadas.
Sin embargo, su determinación sigue siendo más fuerte que cualquier dificultad, lo que expresó en diversas formas, es característica de todas las mujeres productoras. “La ganadería familiar no solo alimenta a nuestras casas, sino que también alimenta nuestras almas. Produce alimentos, pero también genera esperanza. Cada paso que damos, cada pequeño progreso, es una victoria para todas las mujeres del campo”, dijo alentando a sus colegas a seguir produciendo.
DE MUJER A MUJER: UN MENSAJE DE LUCHA Y PROGRESO
Sin poder contener las lágrimas de emoción, Natalia cerró su ponencia, con mensaje claro y conmovedor: “El campo y la agroindustria no solo son el corazón que alimenta al mundo, también son espacios donde las mujeres tienen la capacidad de transformar, innovar y liderar. No dejes que los desafíos te detengan. Cada paso que das abre un camino para que otras mujeres puedan dejar su huella. Tu pasión por la tierra y por los animales es tu fuerza, y con ellas puedes construir un futuro más sostenible y equitativo. No dejes que nadie te diga que no podés. A veces, ese ‘no podés’ viene de tu propia casa, pero vos sabés que tenés que levantarte. Hacelo por tus hijos, hacelo por vos. Porque, al final, lo que nos hace grandes es saber nuestro valor”, finalizó.
Fuente: A&N Junto al Productor