Cappro cumple 18 años bregando por aumentar el procesamiento de las materias primas agrícolas del Paraguay

La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO), gremio que aglutina a las industrias aceiteras, rubro industrial más importante del país en materia de saldo de Inversión Extranjera Directa, con US$ 861 millones al cierre del último periodo, cumple 18 años, casi en coincidencia con el histórico logro de la calificación del grado de inversión alcanzado por el Paraguay.

Desde CAPPRO felicitamos al Gobierno y a todos los actores de la economía nacional por tan elevada calificación económica lograda, porque dicho estatus aumenta el posicionamiento de Paraguay ante el mundo y propicia un mejor entorno para el desarrollo de nuestra economía y las familias paraguayas.

Nos congratulamos por el éxito, porque entendemos que uno de los indicadores que ayudó a mejorar la calificación país, fue el sólido desempeño económico que tuvo Paraguay durante más de una década, ya que el PIB (producto interno bruto) creció en términos reales a una tasa anual promedio de 4,1% en 2010-2019. En ese sentido, es clave destacar el papel muy importante que desempeñaron las inversiones radicadas, sin las cuales, no se hubiera llegado a este sitial. Las agroindustrias tenemos el firme compromiso de seguir colaborando para el progreso del país.

En esa misma línea, con el propósito de garantizar seguridad jurídica para los nuevos inversores y los que ya han invertido en el país, desde el sector agroindustrial esperamos que con el nuevo estatus internacional el Gobierno pueda volver a analizar y rever los cambios de reglas, que modificaron de manera significativa los planes iniciales que se tenían y frenaron las inversiones, con el objeto de dar previsibilidad a los inversionistas en el sector.

Una de las principales expectativas que tenemos en la agroindustria paraguaya con esta nueva calificación de nuestro país es que se pueda lograr la equiparación tributaria para la industria aceitera, con relación al resto de las otras que exportan, porque actualmente somos las únicas industrias que no tenemos derecho a la devolución del IVA crédito al exportar productos procesados.

Las agroindustrias paraguayas, que estamos dedicadas al procesamiento de semillas oleaginosas, producimos desde aceites crudos y refinados, harinas y cascarilla de soja, y además realizamos otros procesos conexos como el envasado de aceites comestibles, producción de grasas, margarinas y balanceados, también celebramos el mejor trabajo realizado por este Gobierno en el presente periodo para poner un freno al contrabando. Con la nueva institución DNIT se logró, en el parcial del año, la disminución en un 32% el volumen estimado del contrabando y de la comercialización de productos de origen dudoso, que son flagelos que históricamente castigan al sector.

Por eso, en este nuevo aniversario exhortamos a las autoridades a seguir implementando nuevas medidas que frenen todavía más la informalidad, a modo de proteger a todas las empresas formales, al trabajo de los paraguayos y generar más oportunidades.

CAPPRO fue fundada en agosto del 2006 con el objetivo de impulsar la industrialización de oleaginosas en nuestro país. Actualmente agrupa a las 10 industrias aceiteras más importantes del Paraguay cuyo volumen de producción representa el 95% de la cantidad de aceites y harinas oleaginosas producidas y exportadas por el país.

En este decimoctavo aniversario, abogamos especialmente para que la industrialización de la materia prima agrícola nacional se haga dentro de nuestro territorio, con el fin de convertir al Paraguay en un productor mundial de alimentos y energía y así generar más puestos de trabajo, formales y de calidad, para los paraguayos, además, se generará un mayor ingreso de divisas por exportar más productos industrializados de mayor valor en lugar de materias primas agrícolas en su estado natural, produciendo un efecto derrame en toda nuestra economía, provocando también la diversificación de las industrias que se instalen en el país, que utilicen las subproductos -harina, aceite crudo o desgomado y cascarilla de soja- que provean las industrias aceiteras nacionales.

Aprovechamos para insistir en temas que creemos claves para el desarrollo industrial del Paraguay, tales como la posibilidad de que las industrias nacionales cuenten con un régimen flexible para importar materias primas agrícolas del resto del mundo, para trabajar en igualdad de condiciones con las industrias de otros países, donde tienen dicho régimen, así como otras ventajas fiscales.

Así mismo, remarcamos sobre un tema gravitante, la logística, porque este año las proyecciones de la Dirección Nacional de Meteorología e Hidrología alertan sobre una potencial bajante histórica del río Paraguay en 2024, similar o más grave que la de 2021. Esta situación, incluso ahora, ya está empezando a incrementar los costos logísticos y reduciendo la competitividad. La capacidad de las barcazas no puede ser aprovechada al máximo, además se prolongan los tiempos de transporte, creando riesgos de escasez y problemas de almacenamiento. Por esa razón, señalamos también, que es imperativo desarrollar un plan maestro de la hidrovía que contemple el dragado, mantenimiento de canales, balizamiento, control de tráfico y tecnologías de facilitación de procesos.

Sobre CAPPRO

El gremio está conformado por 10 empresas industriales que procesan oleaginosas para la obtención de harina, cascarilla de soja y aceite crudo y refinado, pero algunos de sus asociados también realizan otros procesos industriales conexos como envasado de aceites comestibles, producción de grasas y margarinas, balanceados y aceite de coco. Las firmas asociadas y principales procesadoras de oleaginosas del país son: ADM, BISA, BUNGE, CAIASA, CARGILL, CONTIPARAGUAY, COPAGRA, LDC, MERCANTIL COMERCIAL y OLEAGINOSA RAATZ.

La capacidad de procesamiento de las industrias actualmente es de 4,2 millones de toneladas de forma anual y damos empleo a unos 8.800 colaboradores de manera directa e indirecta. Durante la primera mitad del presente año el volumen de soja al que se dio valor agregado fue de 1.669.030 toneladas, en una zafra en el que la cosecha alcanzó unos 10,5 millones de toneladas y ocupando en el parcial, en promedio, el 71% de la capacidad instalada de las plantas.

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