El poder de las buenas prácticas ganaderas

La nueva era de la sustentabilidad está siendo liderada por aquellos productores que, según la Dra. Milagros Medina, gerente de Operaciones del departamento de Inspección y Certificación de Carnes de Control Union, ponen en primer plano el bienestar de sus animales de producción.

En el Congreso AL Brangus 2024, organizado por la Asociación de Criadores de Brangus del Paraguay (ACBP) en el marco de su Nacional de Otoño 2024, la Dra. Medina abordó el tema “Bienestar animal y calidad. Relacionado al rendimiento de carcasa”, destacando la relación crucial entre el bienestar animal y la calidad de la carne.

Durante su exposición, la representante de Control Union subrayó la vital importancia del bienestar animal en la producción de carne. Un entorno confortable no solo aumenta la productividad, sino que también contribuye positivamente a la rentabilidad de los ganaderos y promueve la sostenibilidad en toda la industria cárnica.

El bienestar animal está relacionado con las prácticas que se efectúan desde etapas iniciales (durante la gestación hasta la terminación o engorde). Se deben verificar las condiciones sanitarias; como el diagnóstico precoz de las enfermedades, su tratamiento oportuno, como así también la profilaxis e inmunizaciones.

Es crucial evitar cualquier forma de maltrato en las horas previas al sacrificio y durante todas las etapas del transporte. El estrés durante este proceso tiene graves consecuencias, no solo para el bienestar del animal, sino también para la calidad final de la carne.

Medina advirtió que el transporte representa una fase crítica en la producción cárnica, ya que el alto nivel de estrés al que se someten los animales puede comprometer la calidad de la carcasa si no se toman las precauciones necesarias. “Todo animal que vive en condiciones de confort, es más productivo. Bajo condiciones estresantes, los bovinos engordan a un menor ritmo”, reiteró.

La falta de adopción de Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) puede desencadenar diversos problemas en la carne, como la aparición de carnes PSE (pálidas, suaves y exudativas), carnes DFD (carnes oscuras, endurecidas y secas), así como un efecto negativo en el pH y la calidad de la carne, incluyendo su color y terneza. Estos efectos adversos tienen un impacto directo en el precio final percibido por los productores de la industria, ya que los productos afectados son rechazados por los consumidores y no llegan a las estanterías.

En este sentido, la gerente de Operaciones del departamento de Inspección y Certificación de Carnes, indicó que existen varios manuales y protocolos que cada productor debe implementar según sus recursos disponibles. Recomendó capacitar al personal de campo y de verificar las condiciones de los corrales y alambradas, así como la disposición y distribución adecuada de comederos y bebederos.

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