En el Programa de Agricultura Sustentable con Biotecnología (PASB) del Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO) viene impulsando la agricultura conservacionista con la introducción de productos de la biotecnología dentro de un esquema de producción planificado según las necesidades de cada suelo, infraestructura, maquinarias y posibilidades de mercado de cada productor (cooperador) integrante del PASB.
Desde el INBIO impulsan el PASB hace más de 12 años, en diferentes zonas del país. Actualmente, están trabajando en siete departamentos, con productores y escuelas agrícolas que integran el programa en carácter de cooperadores, a través de los cuales se expande el conocimiento en la comunidad más cercana y a veces un poco más allá del ámbito vecinal.
Los principales enfoques del programa son: la remoción mínima del suelo, reduciendo las labores que impliquen la modificación en la organización de partículas del mismo; la rotación de cultivos, establecimiento de cultivos de diferentes familias en la misma parcela en diferentes épocas; la cobertura vegetal permanente del suelo y el manejo integrado de plagas.
Este Programa utiliza la metodología “aprender haciendo”, donde no solo se transmite, sino se hacen los trabajos de modo tal que los cooperadores y la comunidad comprendan que la gestión correcta de los suelos en un sistema conservacionista permite al mismo tiempo de mejorar sus condiciones físicas, químicas y biológicas, tengan la capacidad de aprovechar y retener mejor el agua y nutrientes, elevando así las probabilidades de mejorar el rendimiento de los cultivos.
En el PASB, recuerdan los manejos de las parcelas demostrativas conforme la condición de los suelos, posterior a un análisis del mismo, atendiendo tanto química como físicamente la situación del suelo; por ejemplo la especie o mezcla de especies de abonos verdes a utilizar, que sean de la época de verano o de invierno, teniendo en cuenta que poseen atributos o servicios específicos.
En el grupo de los abonos verdes de invierno que más utilizan sus cooperadores son: avena, nabo y lupino. Por ejemplo, en un suelo arenoso y con un nivel de compactación elevada, que son característicos de los suelos del norte, donde fue sembrada soja o maíz establecen el cultivo de nabo forrajero, que es un cultivo con bastante rusticidad, que germina con bajo nivel de humedad y con el sistema radicular pivotante que posee, va rompiendo gradualmente el pie de arado favoreciendo el intercambio de agua y aire en el perfil del suelo dejando buena cantidad de materia seca en la superficie protegiendo a los microorganismos benéficos del suelo que son sensibles a la luz solar y evitando la fluctuación térmica del suelo, dejando buenas condiciones para la siembra en la siguiente zafra.
En el grupo de los abonos verdes de invierno que más utilizan los cooperadores de INBIO son: avena, nabo y lupino. Por ejemplo en un suelo arenoso y con un nivel de compactación elevada, que son característicos de los suelos del norte, donde fue sembrada soja o maíz establecemos el cultivo de nabo forrajero, que es un cultivo con bastante rusticidad, que germina con bajo nivel de humedad y con el sistema radicular pivotante que posee, va rompiendo gradualmente el pie de arado favoreciendo el intercambio de agua y aire en el perfil del suelo dejando buena cantidad de materia seca en la superficie protegiendo a los microorganismos benéficos del suelo que son sensibles a la luz solar y evitando la fluctuación térmica del suelo, dejando buenas condiciones para la siembra en la siguiente zafra.
En un suelo arcilloso, se puede establecer nabo con la finalidad de descompactar y airear el suelo consorciado con lupino que por los exudados radiculares que posee permite la fijación de elementos.
Otra opción es añadirle a la mezcla avena negra, que aportará mayor control sobre malezas debido a su menor velocidad de descomposición en comparación al Nabo y Lupino, por lo que permanecerá mayor tiempo en el sistema.
La implantación de los cultivos de servicio en los sistemas agrícolas también debe obedecer a ciertos criterios de selección, como por ejemplo la familia de plantas a la que pertenezcan, la rusticidad y adaptabilidad a los diferentes tipos de suelos y los beneficios específicos que poseen, acondicionado el suelo para una cosecha más productiva y de manera sustentable.
Fuente: INBIO.