Durante la feria Innovar 2024, se llevó a cabo el lanzamiento de Sojapar R82, una variedad comercial desarrollada por el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA) y el Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO). Esta tecnología paraguaya se distingue por su excelente adaptación a diferentes condiciones climáticas y tipos de suelo.
Durante el acto se realizó la entrega oficial de una bolsa de semilla de la variedad SOJAPAR R82 a un productor emblemático del departamento de San Pedro, ya que este material estará marcando un hito en la productividad por su buen cargado de granos y ventajas diferenciales en condiciones de estrés hídrico. Desde el mejoramiento genético en soja aportamos al desarrollo del sector agrícola.
La Ing. Estela Ojeda, gerente general del INBIO, explicó que esta variedad es un híbrido de ciclo medio que ha recibido elogios desde Bolivia, donde se lanzó primero y se ha destacado por su excelente desempeño. “Su lanzamiento inicial en octubre es motivo de gran satisfacción, confirmando su adaptabilidad a las condiciones locales, especialmente a la sequía”, agregó.
Por su parte, el Ing. Edgar Esteche, presidente del IPTA, dijo sentirse verdaderamente emocionado de poder mostrar la tecnología paraguaya al mundo y de destacar el arduo trabajo de los técnicos y científicos de nuestro país, cuyo esfuerzo ha hecho posible este avance.
“La introducción de la sexta variedad de soja y su disponibilidad para los productores paraguayos no solo demuestra nuestro compromiso con el desarrollo agrícola local, sino que también nos posiciona como líderes en la región. Este logro es el resultado del esfuerzo conjunto entre el sector público y privado, que ha permitido poner a disposición de los agricultores materiales genéticos de calidad”, destacó Esteche.
Informó que el IPTA está en un proceso de fortalecimiento, con una inversión de 20 millones de dólares por parte del Gobierno Nacional en los próximos años. Este financiamiento se destinará a mejorar la infraestructura, equipamiento y capacitación.
“En total, contamos con más de 4.200 laboratorios y casi 6.000 doctorados disponibles para el avance del conocimiento en nuestra región. Estamos comprometidos en poner este conocimiento y tecnología al servicio de todo el sector productivo”, puntualizó el titular del IPTA.
El Ing. Hugo Pastore, del INBIO, señaló que las iniciativas público-privadas han demostrado repetidamente su éxito al aprovechar las energías y capacidades de cada sector, especialmente en investigación y desarrollo tecnológico agrícola. “Es fundamental que los productores tengan acceso a tecnología, conocimiento y variedades genéticas para mejorar sus cultivos”, comentó.
Comentó que la actividad productiva agrícola es una cadena de eventos interconectados, por lo que han decidido invertir en tecnología a través del lanzamiento de un parque de investigación y desarrollo que es INBIOTEC, en la zona de Itapúa. “Este proyecto ambicioso incluye infraestructura, laboratorios y parcelas demostrativas para investigar en soja, maíz y trigo. También estamos colaborando en la investigación del trigo a través de un convenio tripartito”, explicó.
Finalmente, expresó su confianza en que este lanzamiento también sea un gran éxito en Paraguay.
Sobre la nueva variedad. El Ing. Omar Paredes, responsable de comercialización del INBIO, explicó que este cultivo posee un índice de maduración de aproximadamente 6.3, con una duración promedio de 133 días, aunque esta cifra puede variar según las condiciones climáticas. En ocasiones, es posible obtener un período de maduración ligeramente mayor. “Recomendamos la siembra de este material a partir del 15 de septiembre, siempre y cuando las condiciones de humedad lo permitan. En caso de contar con humedad antes de esta fecha, la siembra puede realizarse desde el primero de septiembre”, añadió.
Es una variedad R1, que muestra una resistencia destacada a la roya. Es apta para la siembra en octubre sin contratiempos. Una de sus principales fortalezas radica en la uniformidad de la maduración de los granos, tanto en el tercio inferior como en el superior.
Además, este material presenta una excelente adaptabilidad a diferentes tipos de suelo, incluyendo arenosos, arcillosos e incluso aquellos con problemas de inundación. Ha demostrado buenos resultados en regiones como Itapúa, Alto Paraná, San Pedro, e incluso en el Chaco y Bolivia. “En el Chaco, hemos alcanzado rendimientos superiores a los 4.000 kilos por hectárea, mientras que en la Región Oriental hemos superado los 5.500 kilos por hectárea. En resumen, este cultivo de alto rendimiento y calidad, se posiciona como una variedad sobresaliente que promete revolucionar el sector agrícola en los próximos dos años”, finalizó Paredes.