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Tercer encuentro de la Mesa de trabajo Interinstitucional de lucha contra la desertificación y la sequía

Esta instancia se enfoca en trabajar juntos para lograr los compromisos internacionales aceptados por el país en la lucha contra la desertificación, restauración de tierras y suelos degradados. 

Representantes de instituciones públicas y privadas participaron de la tercera reunión de la Mesa de Trabajo Interinstitucional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía con el fin de abordar los avances del informe nacional para el Sistema de Evaluación y Evaluación del Desempeño de la Implementación (PRAIS4).

Este informe será remitido por el gobierno de Paraguay, a través del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), a la Convención de Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (CNULCD).

“El apoyo y aporte de las instituciones fue clave para la construcción conjunta y participativa del informe país”, afirmó Graciela Miret, punto focal titular ante la CNULCD y directora de la Dirección de Planificación Estratégica del MADES.

La Mesa de Trabajo Interinstitucional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía está presidida por el MADES y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG); se encuentra conformada por 26 instituciones públicas, del sector productivo, académico, organizaciones de la sociedad civil y representantes de pueblos indígenas que tienen relación con la temática.

La actividad contó con el apoyo del proyecto Paraguay + Verde, donde el componente ejecutado con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) contribuye a la construcción de una Estrategia Nacional de Neutralidad de Degradación de Tierra por medio de la implementación de proyectos piloto y otras actividades orientadas a prevenir y revertir la degradación de suelos, la desertificación y la sequía.

En este sentido, también acompaña a la Mesa de Trabajo Interinstitucional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía en la generación de datos y en terreno para la validación de evidencia.

Paraguay + Verde es liderado por el MADES y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Cuenta con la participación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Instituto Forestal Nacional (INFONA), la Secretaría Técnica de Planificación para el Desarrollo Económico y Social (STP) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), como aliados en la ejecución, y con el financiamiento del Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés). También contó con el apoyo del proyecto “Fortalecimiento de las capacidades institucionales y profesionales a nivel nacional de los países partes para mejorar el seguimiento y la presentación de informes de la CNULD” implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y ejecutado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).

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Cuidando al bovino, cuidamos nuestro bolsillo: El bienestar animal como prioridad

Los manejos inadecuados del ganado en el campo son uno de los principales factores que pueden conducir a una disminución del rendimiento económico y la calidad de la carne producida. Al respecto, Carlos Lowenstein, médico veterinario de Argentina, nos habla sobre la importancia del bienestar animal en los principales momentos del ciclo ganadero.

Al hacer hincapié en el bienestar animal, específicamente en bovinos de carne, se habla de Buenas Prácticas Ganaderas (BPG), que incluye acciones que concierne a la producción, comercialización y transporte, con miras a lograr productos de calidad y que promuevan la sustentabilidad social, ambiental y económica del sistema ganadero.

La decisión de implementar buenas prácticas ganaderas surge de la necesidad de mejorar la dinámica del sistema agropecuario en forma sustentable, por el ambiente y para poder demostrarlo a los potenciales clientes. “Debemos tener en cuenta toda acción que nos permita evitar o minimizar el riesgo de lesiones y momentos estresantes para el animal… El destete, el descorne, la castración, la marcación y la inclusión de caravana son puntos críticos”, agregó Lowenstein.

Carlos Lowenstein 

En cuanto a los medicamentos, explicó que existen ciertas zonas en el animal que son más convenientes de aplicar.

En su caso, sugiere que el instrumental (jeringas y agujas) esté limpio y en condiciones adecuadas. “Preferentemente administrar las inyecciones subcutáneas e intramusculares en la tabla del cuello porque es la zona donde el animal no sufre tanto y los cortes no tienen tanto valor comercial, en comparación a los cortes del cuarto trasero”, resaltó.

También considera que es muy importante respetar el tiempo de carencia recomendado para evitar residuos en el producto final, ya que los mercados están atentos a esto.

Factores que influyen en el comportamiento de los animales:

De acuerdo con el profesional, el primero es el humano, que se refiere a la falta de experiencia o desinformación, también la utilización de picanas eléctricas, palos o perros, que actúan de forma estresante y en detrimento de la calidad del producto; el segundo tiene que ver con las instalaciones inadecuadas, con salientes y ángulos agudos. “Podrían provocar alguna lesión mientras se trabaja con el animal. Asimismo, es por ello que el diseño debe ser adecuado para facilitar el trabajo de los bovinos en el sistema productivo. En este caso, las mangas curvas y los corrales semicirculares son buenos ejemplos para un diseño del sistema de corral”, agregó.

Como tercer punto citó el genético, que es un aspecto intrínseco y está relacionado con cada animal y su raza. “Hay que respetar el tiempo de descanso para no generar estrés en el manejo. Animales astados o razas con temperamento nervioso pueden contribuir a una merma en la calidad de la carne y a una baja ganancia de peso”, afirmó Lowenstein.

Respecto al transporte y el frigorífico, sobre el primero dijo que el diseño y la construcción de la jaula debe ser de fácil acceso, limpieza y desinfección. No deberá tener bordes cortantes ni salientes, además lo ideal es que el piso sea antideslizante. “Las puertas deberán tener un ancho mínimo de 90 cm y rodillos laterales a fin de evitar las lesiones entre animales. Es necesario separadores móviles para permitir un adecuado manejo de grupos de diferentes edades en la carga o transporte”, reiteró Lowenstein.

En este contexto, el profesional también recomendó evitar las esperas excesivas e innecesarias de los animales sobre el transporte.

La densidad de carga debe ser la adecuada según el número y categoría del bovino.

“Lo ideal es que sean inspeccionados a los treinta minutos de la partida y entre dos a tres horas en caso de que el viaje sea largo. En verano o en época de intenso calor, recurrir a un horario prudente para realizar la carga y transporte (preferentemente al amanecer o atardecer), para que las altas temperaturas no afecten a los animales durante estas labores”.

Sobre las buenas prácticas de manejo en frigoríficos, señaló que es primordial que la rampa de desembarque tenga una inclinación de 20 a 30 grados, al igual que un piso antideslizante. “Reposos en ayuno por 24 horas aumentan 9,4 veces la probabilidad de presentar canales con corte oscuro en comparación de carga en viajes largos, con ayuno de 3 horas”, finalizó.

 

Cerdo

Sector porcino cerró el 2022 con números negativos

Los productores de cerdo se vieron forzados a enfrentar una coyuntura difícil, debido al aumento de los costos de producción, el cierre de los mercados internacionales y la baja generalizada de los precios por la excesiva oferta de productos. Los pronósticos para el 2023 no son muy alentadores, por lo que se espera una lenta recuperación.

“El año 2022 fue el peor año para la producción de cerdo, tuvimos una crisis muy profunda y larga”, recordó Jorge Ramírez, presidente de la Asociación Paraguaya de Productores de Cerdos (APPC). Este sector productivo se enfrentó a una desestructuración del negocio debido a los cambios bruscos en la dinámica internacional que derivaron en el cierre de mercados para la producción local, por consiguiente, se generó una sobreoferta que abarató los precios y afectó directamente a los productores.

“Tanto grandes, medianos y pequeños productores cerraron los balances en rojo, incluso se cerraron granjas. Este 2023 será un año muy difícil, de lenta recuperación. Los resultados se podrán sentir a partir del 2024 en adelante”, indicó Ramírez.

El presidente de la APPC explicó que, a raíz del brote de enfermedades, China sacrificó gran parte de su hato y empezó a importar mayor volumen de carne porcina de los grandes productores de la región, países que aumentaron su producción para cubrir esta cuota. Una vez que China dejó de comprarles, colocaron su producción en mercados que compraban de Paraguay, lo que impactó directamente en el volumen de exportación durante el 2022. En este proceso de recuperación, requerirán del apoyo del sector público para la refinanciación de créditos y la apertura de nuevos mercados internacionales, no solo quedarse con Taiwán.

Tras un estudio exhaustivo de mercados, en el corto plazo la mira está puesta en los países vecinos, especialmente del Mercosur. Profundizar la relación con Uruguay y empezar a trabajar el mercado chileno y ecuatoriano será clave, además de apuntalar otros que están presentes con menudencias y despojos. En el mediano plazo se apunta a grandes destinos como Estados Unidos y Canadá, sin perder de vista a Asia. En este escenario, el desafío es trabajar los aranceles y precios, ya que la producción local cuenta con una gran ventaja competitiva en cuanto a estatus sanitarios y de bioseguridad.

“Estamos libres de las enfermedades de gran impacto que están afectando a cerca de 50 países. Las granjas toman más conciencia del manejo de bioseguridad e incorporan en su día a día políticas y acciones sanitarias”, agregó el titular de la APPC.

Aumentar el volumen de consumo también es crucial para el sector, pues Paraguay tiene uno de los índices más bajos de la región. “En el 2021 se llegó al consumo de 9 kilos por persona -incluyendo embutidos-, veníamos creciendo a un ritmo promedio de 600 gramos por año y el objetivo era cerrar el 2022 con un promedio de entre 10 kilos y 10,3 kilos por persona”, detalló Ramírez, y recordó que existe mucho espacio para trabajar en el posicionamiento de la carne de cerdo a nivel país.

En este contexto, han desarrollado un plan nacional de promoción de la carne de cerdo, cuya implementación está prevista para este año.

En materia de precios, se espera que la tendencia sea estable, manteniéndose asequible para los consumidores. Sin embargo, está sujeto a las variaciones de precios de las principales materias primas. Finalmente, destacó la resiliencia del sector, que se mantiene en crecimiento y posee un gran potencial para la economía paraguaya. “Va ir ganando de vuelta la confianza de los inversionistas, encontraremos el equilibrio y la producción seguirá creciendo”, aseveró.

Los pequeños productores del Chaco buscan producir 3.000 litros de miel orgánica

En Fuerte Olimpo, los pequeños productores de miel de abeja abarcan una superficie de 500 hectáreas que les permite obtener generosas cosechas. A pesar de los devastadores incendios forestales que han azotado la comunidad en los últimos años, la producción anual sigue manteniéndose alrededor de los 5.000 litros. Esto habla de la gran resiliencia de los productores locales y de lo importante que es para ellos conservar y respetar la naturaleza.

La primera cosecha promete ser la miel más dulce. El objetivo es lograr 3.000 litros, que serán distribuidos a través del programa de merienda escolar en Alto Paraná, también en comercios locales y a otras zonas del país, dijo Nery Desvars, coordinador de la Asociación de Apicultores Eirete Pantanal.

Con el objetivo de aumentar la producción, ampliar la participación de los productores locales y abrir nuevos mercados, la asociación está llevando a cabo una transformación hacia una agricultura 100 % orgánica. Esta iniciativa no se lograría sin la colaboración de entidades públicas y organizaciones.

La comunidad la integran productores indígenas y lugareños. Son entre 25 y 30 las familias que generan ingresos a través de la apicultura.  El rubro inició a través de la difusión de los conocimientos y valores ancestrales del pueblo indígena Ishyr, quienes identificaron el kava rape (ruta de la abeja), donde se colocan las cajas trampas para las abejas, y así producir con el mínimo impacto en el medioambiente.

La Asociación Eirete Pantanal, a través de las buenas prácticas de manejo, cosecha y poscosecha de la miel de abeja, es guardián de la biodiversidad de la zona y mejora el medio de vida de las familias. Cuentan con el Sello de Identidad Agroecológica (SIA) que se sustenta en un sistema de producción sin daños ambientales, en el que las abejas no reciben alimentación suplementaria y, al tratarse del área del pantanal, están libres de agroquímicos.