La ganadería del Chaco Paraguayo tiene la oportunidad de incorporar nuevos criterios de selectividad en la producción de carne, no solo por calidad en cuanto a terneza, marmoleo e inocuidad del producto en sí, sino por incorporar nuevos conceptos de ¨Ganadería Climáticamente Inteligente¨ o ¨Ganadería amiga del Medioambiente¨.
Es a partir de esta consigna que la Fundación Solidaridad y CREA Paraguay desarrollaron por segunda vez un trabajo de generación de información, que además de cuantificar diferentes indicadores, se comience a estudiar alternativas de financiamiento para promover ¨Buenas Prácticas Ganaderas¨.
En la edición anterior se publicó un manual de Buenas Prácticas Ganaderas (BPG), que recopiló las mejores herramientas para producir carne de manera eficiente cuidando a las personas, los animales y el ambiente. En esta segunda instancia se aumentó el número de empresas analizadas y se introdujo algunos nuevos conceptos.
La ganadería como actividad productiva que transformó la región chaqueña generando riqueza y cambios estructurales en el ecosistema, tiene promotores y detractores. Uno de los objetivos de este estudio fue medir y exponer los resultados independientemente de las conclusiones que cada uno pueda sacar. Existen muchas formas de analizar, aquí se expone una de ellas, sin desmerecer otras.
Es importante destacar que tanto en Solidaridad como CREA están en la búsqueda de datos básicos, procurando generar información preliminar que sirva para el desarrollo de nuevos o mejores métodos de producción, siendo una de las características del trabajo el análisis exploratorio que permitirá la discusión dentro de los interesados.
Las mediciones se realizaron en establecimientos pertenecientes a miembros de los grupos CREA. Con los registros existentes en sus administraciones se determinaron los indicadores productivos que habitualmente se utilizan para el análisis de las empresas en las reuniones grupales mensuales. Esto estuvo acompañado de un trabajo a campo donde se tomaron muestras de suelos y clasificaron los distintos ambientes.
Los doce establecimientos cubren una superficie total de 87.117 hectáreas, de las cuales 44.073 ha (50,7%) se dedican a la producción ganadera y 42.942 ha (49,3 %) se encuentran como reservas de bosques nativos. Los valores extremos de superficie total oscilaban entre 1.701 ha y 20.882 ha; la superficie ganadera entre 1078 ha y 15.227 ha y la superficie ocupada por montes entre 535 y 15.453 ha. Como puede observarse las dimensiones de los establecimientos presentaban una alta variabilidad en hectáreas. De igual manera la cantidad total de bovinos fue de 36.712 cabezas, con rodeos desde 856 hasta 9.425 cabezas.
A través de este segundo trabajo de mediciones en el terreno y cálculos en base a datos tomados de los registros de la gestión ganadera, se puede ir delineando diferentes indicadores que permitan establecer cambios en el stock de carbono o en la variación del flujo de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Es deseable que se siga aumentando el contenido de Carbono en los agrosistemas, disminuyendo las emisiones de GEI por unidad de producto producido y conservando los stocks de Carbono existentes. Conocer estos indicadores permitirá acercar los productores con los mercados financieros del Carbono.