Medios internacionales informaron que el presidente de Brasil, Lula da Silva, expresó su descontento durante una reunión con sus ministros, dos días después de haberse encontrado con Santiago Peña, presidente de Paraguay.
Ante sus ministros Mauro Vieira, encargado de Relaciones Exteriores, y Fernando Haddad, a cargo de Hacienda, Lula expresó su preocupación por la «carencia de iniciativa y falta de sintonía» al abordar la defensa de la posición de Brasil en las negociaciones sobre la tarifa de Itaipu.
Su principal disgusto se centró en la audiencia sostenida con Peña, a la que Lula asistió contrariado al considerar que no corresponde a los presidentes debatir asuntos técnicos como las tarifas de energía. Este tipo de discusión debería ser abordado por el cuerpo diplomático y los representantes de Brasil en el consejo de Itaipu.
Mientras el Gobierno paraguayo aboga por un incremento en la tarifa, Brasil se opone debido al temor de que dicho aumento repercuta en la factura de los consumidores.
En este contexto, el presidente Peña habría insistido para hablar directamente con Lula y las autoridades brasileñas no lograron convencer a la comitiva paraguaya que la pauta debería ser previamente resuelta en un ámbito técnico.
Después de la reunión entre Peña y Lula, ambos líderes ofrecieron una conferencia de prensa. Durante el encuentro, el mandatario brasileño expresó su deseo de concluir la renovación del contrato lo más pronto posible y aseguró que tenía la intención de visitar Paraguay para dar continuidad a las negociaciones.
