El Dr. Martín Burt, presidente de la Fundación Paraguaya, durante la graduación de los alumnos de la Escuela Agrícola San Francisco de Asís, situada en la localidad de Cerrito, Dpto. de Pdte. Hayes Indicó que los jóvenes tras culminar sus estudios logran graduarse en Bachiller técnico agropecuario y al mismo tiempo, con las materias requeridas por el Ministerio de Educación reciben el título adicional del bachillerato técnico en Hotelería y Turismo Rural.
“Estos chicos demuestran que se puede cambiar la mentalidad de la agricultura familiar campesina, aplicando la mentalidad del emprendedurismo rural que sabe ganar plata”, destacó Burt.
Explicó que los jóvenes para graduarse, como tésis, deben presentar su plan de negocios, que es el instrumento que toda persona debe conocer para saber cuándo y cuánto dinero se puede ganar de una finca familiar. “La riqueza está en el campo si es que hay recursos humanos capacitados”, apuntó.
Recordó que la escuela San Francisco de Asís fue fundada por hermanos Franciscanos alemanes expulsados de la India en 1954. Vinieron a Paraguay y trajeron las mejores experiencias de educación técnica vocacional, pero 20 años después se retiraron de esta escuela porque reconocieron de que ellos eran misioneros y no educadores.
Manifestó que después le pasaron la antorcha a la congregación de los hermanos Lasagñas quienes manejaron esta institución durante otro 20 años.
Hace 20 años la congregación de los Hermanos Lasagñas pasaron la administración de la escuela a la Fundación Paraguaya, porque el gobierno nacional dejó de pagar los rubros y los salarios de los profesores ocasionando un gran problema.
“Nosotros el 1 de enero de 2003 tomamos la Escuela Agrícola desarrollamos un gran plan de negocio de didáctico productivo y en vez de tener una huerta demostrativa de 7 tablones pasamos a instalar una huerta productiva de 80 tablones rentable que gana dinero”, indicó.
Y agregó: “además teníamos un galpón con 24 gallinas demostrativas, luego llegamos a contar con 3.000 aves de corral rentables. Así nos dimos cuenta que se podría lograr los imposible cual es obtener una educación que se paga así misma”.
Manifestó que así lograron que los alumnos aprendan, vendan y ganen dinero, “nos dimos cuenta que vendiendo y ganando dinero se logra el desarrollo. Esta escuela fue replicada por otras 40 instituciones en 32 países. En ese sentido hay escuela Cerrito en Africa, en Brasil, Centroamérica y otros”, apuntó.
“La cuestión no es solo cómo se financia la escuela, sino como el agricultor puede visuavilizar que es lo que quiere ser su hijo”, culminó el titular de la Fundación Paraguaya.