Aunque aún es prematuro para establecer cifras definitivas, referentes del sector sojero anticipan una disminución del 10 al 15 % en la producción de soja de la campaña 2024-2025, en comparación con el ciclo anterior.
José Berea, presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), analizó el desarrollo actual de la zafra, destacando tanto los desafíos climáticos como los problemas relacionados con la calidad del grano. “Hoy, un número optimista nos ubica en torno a los 10 millones de toneladas, incluyendo la zafriña. Esto representa una caída de entre el 10 % y el 12 % respecto al ciclo anterior”, indicó.
Según Berea, la variabilidad en los rendimientos ha sido elevada debido a condiciones climáticas desiguales, marcadas por aguaceros dispersos y temperaturas extremas. “Hay zonas con rendimientos cercanos a los 5.000 kilos por hectárea, pero en otras apenas se superan los 1.000. Es una zafra impredecible, por eso los números aún son estimativos”, señaló.
Los departamentos más afectados por la sequía son San Pedro —que atraviesa su cuarta campaña consecutiva con problemas climáticos—, Misiones y el norte y este de Canindeyú. Ante esta situación, se han activado mecanismos de refinanciamiento a través del Banco Central del Paraguay, el Ministerio de Economía y entidades bancarias privadas, con el objetivo de evitar un deterioro financiero de los productores.
Uno de los temas críticos mencionados por Berea fue la preocupación creciente por la aparición de grano verde, un problema que impacta tanto en la industria local como en la exportación. “Existen dos tipos de grano verde: uno provocado por el clima, que es comprensible, y otro inmaduro, resultado de un mal manejo. Este último debemos corregirlo con urgencia”, advirtió. “Está en juego la calidad de nuestra soja, y eso puede repercutir en los precios y en la reputación del país como proveedor”.
El productor llamó a retomar la capacitación sobre buenas prácticas agrícolas, desde la selección de variedades hasta la cosecha en el punto óptimo de madurez. “Tenemos que volver a dialogar con los proveedores de semillas y enfocarnos en variedades con mayor contenido de proteína y aceite, que son nuestra marca registrada”, afirmó.
El contexto internacional también añade complicaciones. Los precios actuales de la soja se ubican por debajo de los registrados en 2023, lo que agrava la caída de ingresos por exportaciones. “Estamos ante una reducción y, encima, con precios más bajos. Esto afectará el ingreso de divisas, pero el gobierno ya está al tanto para evitar consecuencias económicas como una mayor inflación”, sostuvo Berea.
A pesar del escenario desafiante, el titular de Capeco se mostró esperanzado respecto al futuro del agro paraguayo. “El productor es optimista por naturaleza. Hay que seguir apostando, prepararnos para la próxima campaña. No todos los años serán así. Mi sueño es que Paraguay alcance los 15 millones de toneladas”, expresó.
Finalmente, remarcó la necesidad de incorporar más biotecnología y mejorar el manejo del suelo y del grano, con el fin de lograr mayores rendimientos sin expandir la superficie cultivada ni recurrir a la deforestación.
Cristaldo: “Esta es una de las campañas más desafiantes”
Para Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), la zafra sojera 2024-2025 se perfila como una de las más difíciles para el agro paraguayo. Se estima una merma en el ingreso de divisas de aproximadamente USD 600 millones.
“El comportamiento climático irregular y la baja de los precios internacionales son las principales causas”, explicó Cristaldo.
“Desde septiembre, cuando iniciamos la siembra, ya advertíamos que sería una zafra complicada. Había dos variables fuera del control del productor: el clima y el precio”.
Inicialmente, hasta diciembre, el desarrollo fue prometedor, pero luego las precipitaciones significativas se interrumpieron y dieron paso a lluvias dispersas. Esta distribución desigual generó lo que Cristaldo describió como una “producción tipo mosaico”, con zonas que alcanzaron rendimientos aceptables y otras que sufrieron pérdidas severas.
“En el sur y este del país se logró superar el punto de equilibrio, pero en el norte —San Pedro, Amambay, Canindeyú y Caaguazú— los rendimientos apenas alcanzaron o incluso fueron inferiores, sin cubrir los costos de producción”, detalló.
Además del clima, el conflicto comercial entre China y Estados Unidos presionó a la baja los precios internacionales, especialmente en abril, coincidiendo con la cosecha. Esta situación genera una menor entrada de divisas, lo cual impacta directamente en la economía nacional. “No es una pérdida directa de dinero, pero sí una caída de ingresos que, en un mercado pequeño como el nuestro, ya tiene efectos. Es una de las razones por las que el dólar muestra una tendencia al alza en estos días”, puntualizó Cristaldo.
En cuanto a la situación financiera del productor, señaló que muchos atraviesan serias dificultades para encarar una nueva campaña. “Cuatro años consecutivos con problemas climáticos es algo muy duro. Cuando el rendimiento no permite recuperar la inversión, el productor pierde su capital operativo y necesita financiamiento adicional para seguir produciendo”, explicó.
En ese contexto, la UGP mantiene conversaciones con el Banco Central y el Ministerio de Economía para facilitar mecanismos de refinanciamiento que no perjudiquen al productor. “Con la nueva normativa del BCP se flexibilizan algunas condiciones, pero ahora depende de cada productor negociar con su banco”, añadió.
Cristaldo también expresó preocupación por la Ley 1115 de la Unión Europea, que impone restricciones ambientales. Advirtió que su implementación representa una amenaza grave para el desarrollo del país. “Es una amenaza no solo para la producción, sino para el desarrollo del Paraguay”, concluyó.
Cooperativas cierran la campaña con resultados mixtos
Desde la Cooperativa Sommerfeld, su gerente general Willy Bergen destacó que, aunque la campaña no fue tan buena como la anterior, los resultados fueron satisfactorios. “Ya estamos con un 98 % de avance en la cosecha. Lo único pendiente es la zafriña, que representa un porcentaje pequeño y se cosecha entre abril y mayo. Estamos cerrando bien la campaña”, indicó.
Se reporta un rendimiento promedio de 3.500 kilos por hectárea. En cuanto a los productores involucrados, se estima una participación de entre 350 y 400 socios.
No obstante, Bergen subrayó que el precio actual es considerablemente más bajo que el del año pasado. “Y si el rendimiento también es menor, eso impacta, pero al menos se están cubriendo los costos y queda algo de ganancia, así que estamos satisfechos”, afirmó.
Por su parte, Shunji Yamada, gerente de la Cooperativa La Paz, informó que la sequía afectó seriamente a la campaña en su zona de influencia, reduciendo el rendimiento a un promedio estimado de 2.000 kilos por hectárea. Aunque aún resta un 10 % por cosechar, las perspectivas no son alentadoras.
La cooperativa, que cuenta con 187 socios, de los cuales 100 son productores agrícolas, ya proyecta diversificar su actividad con un nuevo emprendimiento: la instalación de un frigorífico de pollo.
“Es una iniciativa que venimos evaluando desde hace más de diez años y creemos que llegó el momento de avanzar, para agregar valor a la producción de nuestros asociados”, explicó Yamada.
A pesar de las dificultades, el mensaje de la cooperativa es de esperanza. “Empezamos con desafíos, pero seguimos con la frente en alto. Confiamos en que este 2025 será un año exitoso para todos los cooperativistas”, concluyó.