Una verdadera historia de transformación se vive en la comunidad de Maracaná, departamento de Canindeyú, donde el Comité Agrícola San Isidro pasó de reunir apenas 150 litros diarios de leche entre 10 pequeños productores en 2015, a producir actualmente más de 1.700 litros diarios con la participación activa de 60 familias productoras. Este salto cualitativo y cuantitativo es resultado del trabajo articulado con el Programa de Fomento de la Cadena Láctea del Paraguay, impulsado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
La Dra. Liz Viveros, coordinadora del programa, destacó el avance de la comunidad: “Es un orgullo para nosotros ver cómo esta organización se fortaleció. Algunos productores ordeñan con máquinas, otros aún lo hacen a mano, con biotipos animales mixtos, resultado de cruzas entre razas criollas, holando y jersey. Lo importante es que todos avanzaron, con compromiso y acompañamiento técnico”.
El trabajo en campo, la planificación forrajera y la capacitación permanente han sido clave. “No es fácil producir leche, y menos aún sostener una producción durante el invierno. Pero gracias al asesoramiento y al acceso a insumos como semillas de pasto y abono verde, se preparan mejor para enfrentar los desafíos climáticos”, explicó Viveros.

Uno de los casos emblemáticos es el del productor Cristóbal Cañete, quien con solo 20 hectáreas logró implementar un sistema de pasturas divididas en 47 piquetes con alambrado eléctrico. Hoy mantiene 14 vacas lecheras y, gracias a la venta de leche, pudo financiar los estudios universitarios de sus hijos, uno de ellos incluso accedió a becas otorgadas por Itaipu.
La producción diaria del comité representa ingresos anuales de aproximadamente 1.800 millones de guaraníes, con un precio promedio actual de 3.300 guaraníes por litro, incluyendo bonificaciones por calidad. Toda esta leche se destina a la industria nacional La Pradera, que abre sus puertas a los pequeños productores y valora la calidad del producto.

“Hoy celebramos no solo el volumen de leche, sino el empoderamiento del productor. Esta transformación muestra que cuando hay voluntad, compromiso y acompañamiento, el desarrollo rural es posible”, expresó Viveros. Agregó además que los 60 productores cumplen con estrictos estándares de calidad e inocuidad, y transportan su producción a una enfriadora comunitaria, lo que exige un alto nivel de organización y responsabilidad colectiva.
Finalmente, la técnica del MAG agradeció el respaldo institucional: “Contamos con el apoyo del viceministro de Ganadería, Dr. Marcelo González, y del ministro, Dr. Carlos Giménez. Ellos nos permiten llegar a los territorios con profesionalismo y compromiso. Este modelo de Maracaná es una muestra de que el sector público y el privado pueden trabajar juntos con impacto real”.

Hoy, esta comunidad celebra su historia de superación con una gran fiesta local, ejemplo de cómo el trabajo organizado, el acceso a la asistencia técnica y la visión a largo plazo pueden cambiar la vida de decenas de familias rurales paraguayas.





