Productor rural debe adoptar medidas para comprobar pérdidas con la sequía

La nueva escasez de lluvias que enfrenta Rio Grande do Sul (Brasil) pone en alerta la producción agrícola y ganadera con más de 40 municipios en situación de emergencia.

Por segunda zafra veraniega consecutiva, productores rurales de maíz, soja, arroz, así como ganado vacuno de carne y leche, se encuentran en estado de alerta y contabilizan pérdidas por la falta de lluvias. Más de 40 municipios han declarado estado de emergencia.

Según datos de Emater/RS, los cultivos de maíz registran pérdidas entre 30% y 100%. La sequía también comprometió la finalización de la siembra de soja, lo que indica la posibilidad de una reducción en las estimaciones de producción en el estado. Ante este escenario, corresponde al productor rural adoptar medidas para acreditar las pérdidas producto de la sequía, a fin de garantizar sus derechos.

Frederico Buss, de HBS Advogados, explica que, en primer lugar, el productor debe presentar informes técnicos periódicos, elaborados por un profesional calificado y con la correspondiente Nota de Responsabilidad Técnica, con el fin de acreditar y documentar la evolución de las pérdidas. También detalla que otros documentos, como fotos y videos, el decreto de emergencia municipal y las noticias publicadas, también pueden ser utilizados junto con el informe.

Según Buss, el productor que contrató el seguro agropecuario también debe avisar a la aseguradora y, antes del inicio de la cosecha, esperar la autorización para iniciar labores. “Cuando la aseguradora lo inspecciona, es importante que el productor esté acompañado por su asistente técnico en el campo”, observa. Otro detalle que merece atención, según el experto, es la necesidad de leer atentamente los términos de inspección antes de firmar. “En caso de disconformidad, el productor no debe firmar su contrato, sino formalizar y justificar las razones de su incumplimiento, preferentemente con el apoyo de un informe agronómico, pudiendo incluso requerir una nueva inspección por otro profesional”, informa.

Incluso en los casos de cultivos asegurados, es importante que el productor presente informes técnicos periódicos que verifiquen las pérdidas y aún mantenga en archivo los demás documentos que acrediten los recursos invertidos en el cultivo. “Con base en la documentación de respaldo de las pérdidas derivadas de la sequía, corresponde al productor analizar, desde el punto de vista legal y económico, la necesidad, conveniencia y factibilidad de prorrogar o renegociar los contratos vinculados al cultivo”, dice.

El Manual de Crédito Rural prevé la posibilidad de ampliar los plazos de las operaciones de crédito rural de acuerdo con la capacidad de pago del prestatario, sin aumentar los intereses, cobrar multas ni incluir otros cargos. Sin embargo, es responsabilidad del productor presentar una solicitud ante la institución financiera antes de la fecha de vencimiento, acompañada de los documentos antes mencionados que acrediten el fracaso de la cosecha, cuantificando el porcentaje de pérdidas de producción. “De esta forma, la entidad financiera puede certificar la necesidad de una prórroga y establecer un nuevo cronograma de pago de acuerdo con el ciclo de cultivo y la capacidad de pago del prestatario”, agrega Buss.

Según el abogado, cabe recordar que las normas del Manual de Crédito Rural son de obligado cumplimiento para los bancos públicos o privados que operen con crédito rural. En ese sentido, destaca que el Precedente 298 del Superior Tribunal de Justicia (STJ) consolidó el entendimiento de que “la extensión de la deuda proveniente del crédito rural no constituye una opción de la institución financiera, sino el derecho del deudor bajo el términos de la ley”.
A su vez, con respecto a otros contratos además del crédito rural y el sistema financiero, según Buss, corresponde al productor, antes del vencimiento, si se verifica y prueba la imposibilidad de pago parcial o total, evaluar previamente las medidas necesarias  y medidas legales adecuadas con miras al cumplimiento de sus obligaciones y eventuales renegociaciones. “El objetivo es evitar el impago y, en la medida de lo posible, que la discusión acabe en los tribunales”, destaca.

Frederico Buss recomienda, por tanto, a los productores afectados por la sequía ser proactivos y “adoptar con antelación las medidas adecuadas y necesarias, según sus particularidades”.

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