Con la siembra directa y buenas prácticas los rendimientos son mejores en el campo

Don Trifón Ruiz Díaz se animó a diversificar sus cultivos, probar nuevas tecnologías y tecnificar su trabajo en el campo para cosechar mejoras en calidad y cantidad.

En la finca de Don Trifón Ruiz Díaz se producen variedades de mandioca, maíz y soja que son manejados totalmente con los sistemas de siembra directa, rotación de cultivos, uso de abonos verdes y manejo integrado de plagas, consiguiendo buenos rendimiento, y con casi nula de erosión y eficiente control de malezas.

El productor cuenta con variedades de mandioca que desde hace cinco meses se desarrolla en excelentes condiciones y requieren menor cantidad de corpida gracias a la integración de abonos verdes que combaten la maleza y, a su vez, ayudan a nutrir el suelo. “Recuperar el suelo no es nada de otro mundo, está a nuestro alcance. Cualquiera que lo desee puede hacerlo con los abonos verdes”, comentó Don Trifón. También indicó que gracias a las buenas prácticas creció su producción y puede colocarla en el mercado.

A pocos metros de los cultivos de mandioca, cuenta con otra parcela de maíz que servirá de alimentos para los animales de granja, cuyos granos destacan por su calidad. El productor contó que había empezado con una producción en torno a los 1.000 kilos de maíz por hectárea, ahora las expectativas son ampliamente superiores, lo que abre más posibilidades de comercialización. Desde hace tres años, también trabaja una parcela demostrativa de cultivos de soja correspondientes a la variedad Sojapar. Esto le permitió generar mayores ingresos y reinvertir en su finca.

Todos sus cultivos fueron plantados a través de la siembra directa y mecanizada, sobre cultivos de cobertura y con manejo racional de recursos, garantizando la sostenibilidad del trabajo agrícola. Esto generó un efecto directo en la mejora de la calidad y cantidad de productos, y en su calidad de vida. Don Trifón es parte de la comunidad de productores de San Roque del distrito de San

Juan Nepomuceno quienes reciben asesoría técnica y acompañamiento de la Dirección de Extensión Agraria Cda Caazapá (ALAT San Juan Nepomuceno). “Se empezó a mecanizar todo el proceso y mejorar las prácticas creo que allí está el futuro de la agricultura familiar”, comentó Fabio Vega, técnico extensionista de la zona.

El diagnóstico inicial del ALAT indicaba que el suelo estaba muy degradado por mal manejo (aradas y quemas sucesivas), lo que generaba rendimientos muy bajos de los cultivos. Se inició el proceso de recuperación utilizando abonos verdes, siembra directa y rotación de cultivos.

Esto permitió mejorar la fertilidad del suelo y su productividad, además la mano de obra para control de malezas entre 1 a 2 carpidas en forma muy puntuales. La mandioca superó los 35.000 kg por hectárea en 10 meses; el maíz chipa 3.500 kg por hectárea y con el maíz tupi pytã hubo un año en que se llegó a superar 10.000 kg por hectárea. En cuanto al poroto pytã llegó a 1.800 kg por hectárea.

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