Día Internacional del Cooperativismo: para festejar y reflexionar

El primer sábado de julio es una fecha muy especial para los cooperativistas de todo el mundo. ¡Es el Día Internacional del Cooperativismo! Esta celebración fue establecida por la Alianza Internacional del Cooperativismo (ACI), y es una oportunidad para reconocer la importancia de las cooperativas en la construcción de un mundo más justo y equitativo.

Por Ronaldo Dietze, profesor titular de cooperativismo, rector Universidad San Carlos: La primera cooperativa se formó en ROCHDALE (Inglaterra) hace 179 años (1844) con 27 hombres y una mujer. En tanto que en Paraguay la primera cooperativa formal se creó hace 82 años (1941) en Villarrica denominada “Agro Industrial IDEAL Ltda. (que lamentablemente hoy ya no existe). Una de las primeras cooperativas bajo la disponibilidad de reglamentaciones oficiales del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) fue la cooperativa CHORTITZER Ltda. en el Chaco, hace 58 años (1952).

El movimiento cooperativo a nivel mundial cuenta actualmente con más de 760 millones de socios y más de un millón en Paraguay. Sin duda, el cooperativismo en Paraguay ha jugado un papel sumamente importante en el desarrollo de nuestro país en varios aspectos:

Por su impacto como regular de los precios creando competencia sana tanto en el sistema financiero como en el comercial, evitando la excesiva intermediación comercial y financiera, acortando el camino entre el productor primario y el consumidor final y entre el ahorrista, el aportante de capital y el usuario de los servicios de crédito. Esta función cooperativa sin duda mejora los precios de los productos y de los insumos del productor primario y la tasa de interés pasiva y activa en el sistema financiero para los usuarios de estos servicios.

Asimismo, da la posibilidad de que el productor primario pueda contar con los servicios financieros y comerciales (venta de su producto, compra de sus insumos y bienes de consumo), servicio de transformación de la producción primaria de los agricultores agregando valor, da apoyo técnico a los socios, también la posibilidad de brindar servicios de solidaridad, el uso racional del fondo educativo, la capitalización de excedentes y su retorno a los socios y la posibilidad de practicar democracia.

También brinda una influencia positiva por su impacto en la distribución de la riqueza, por el sistema de capitalización que da posibilidad de que el socio integre su compromiso suscrito con aportes directos, con capitalización de excedentes, y con retenciones por productos que entrega, insumos, bienes de capital que adquiere y bienes de consumo. efectivamente comprados. Y brinda servicios varios como tarjetas de crédito y débito, pago de servicios de luz, agua, impuestos, etc.

Las cooperativas con justa razón son consideradas como una tercera vía, por su connotación económica-financiera y social, se sitúa con sus objetivos entre el modelo capitalista y el estatista. En ese contexto, responde bien al modelo económico-político y a la economía social de mercado.

Es una alternativa validad para la clase media organizada a la cual corresponde con sus servicios, es una de las mejores alternativas para premiar al trabajo fecundo, limita remunerar al capital integrado, sin embargo, tiene ventajas para quien trabaja y producen más y a través de este esfuerzo entrega más productos, adquiere más insumos, toma más créditos, etc. y por lo tanto recibe más beneficios monetarios y financieros para su propia capitalización, así como para su retorno como excedente.

A pesar de todas estas virtudes es necesario reconocer sus falencias que conlleva a debilidades y amenazas que deben ser corregidas de manera urgente y sin pérdida de tiempo, de lo contrario su existencia puede comprometerse a más debilidades hasta la posibilidad de la desaparición de prestigiosas cooperativas.

Sin pretender que este siguiente apartado sea completo y exhaustivo, me animo a señalar algunas limitaciones consideradas hasta como peligrosas para la sostenibilidad de muchas cooperativas:

Autoridades se anclan a sus puestos administrativos sin desprenderse y abrir las puertas a nuevos participantes con más conocimientos y criterio para innovaciones y adecuaciones a un mundo actualmente muy cambiante. (problema de sucesión).

Relacionado a lo mencionado al punto uno, muchas veces la entrega del puesto se hace a otra persona o grupos de personas perteneciente al mismo feudo, pero sin entregar el poder y el manejo de los salientes sigue operando en la sombra.

Para mantenerse al poder se manipula el cambio de estatuto con mucha frecuencia. Si bien se someta a la ligera el estatuto cambiado, a la asamblea general extraordinaria, que lo aprueba a tambor batiente sin reflexiones, sin debate y sin entender el trasfondo pretendido (con eso queda legitimado el continuismo).

El fondo educativo no cumple su función real de educar y preparar a los socios. Esta realidad explica y converge en la baja participación efectiva del socio con su cooperativa y la aprobación de propuestas interesadas de carácter personal más que institucional en la asamblea y muchas veces con alto contenido de manipulaciones.

El sistema de capitalización a través de retenciones por producto entregado e insumos y bienes de consumo adquirido, etc., lo considero como bueno, porque se dispone de recursos financiero importantes, y cuanto mayor es el dinamismo económico, financiero y comercial de una cooperativa, más disponibilidad de dinero existe. Lo que se podría ver como negativo es que las autoridades no tienen mucha necesidad de innovaciones, de aplicar estrategias inteligentes, de esfuerzo por lograr recursos, no necesitan una buena preparación académica, ya que los recursos existen, lo aportan los productores y están ahí nomás disponible.

Otra debilidad visible es el sometimiento de los miembros tanto del consejo de administración como de la junta de vigilancia a un liderazgo personal hegemónico. El líder maneja, decide y convence sin dificultad, sea la decisión buena o no. Los demás miembros asisten y aceptan las decisiones, sin dificultad, sin mucho debate, sin reflexiones, sin análisis, sin estudio y evaluaciones previas del impacto que puede tener para los socios y para la empresa.

La junta de vigilancia muy sometido al liderazgo hegemónico del consejo de administración. Los coordinadores zonales, totalmente sometidos al liderazgo administrativo, con una obediencia total y absoluta. El líder cuando requiere apoyo incluso por cuestiones muy personales y no institucionales busca amparo en los coordinadores y lo logra con mucha facilidad. Los coordinadores zonales no representan los intereses de los productores-socios de su área o territorio (zonal) sino al liderazgo hegemónico del líder. Actúan más bien como delegados de gobierno de la administración de la cooperativa, a semejanza de lo expuesto durante la dictadura militar en el pasado en Paraguay.

No es bueno que se mezclen en una misma cooperativa socios- funcionarios (mentalidad urbana, demandantes) con socios productores (oferentes). Son de intereses contrapuestos. Mientras que los funcionarios (mensualeros, demandantes de bienes y servicios) requieren políticas que fortalezcan su consumo, los productores (oferentes de bienes tangibles y reales) requieren, insumos, maquinarias, equipos, herramientas, créditos productivos, asistencia técnica, posibilidad de buena venta de sus productos y su transformación, etc. Viendo esta situación en perspectiva, los funcionarios demandantes es decir consumidores de bienes y servicios (urbanos y no productores) se incrementan en números como socios obviamente más que los socios productores (explosión demográfica urbana) por lo que tendrán en un futuro muy próximo el dominio de la cooperativa, favoreciendo sus propios intereses urbanos en desmedro de los socios productores rurales.

Es necesario y urgente que los funcionarios tengan su propia cooperativa (de ahorro y crédito y de consumo) y no mezclado con la producción que tienen objetivos diferenciados (por razones obvios se convierten en agua y aceite). La cuota de solidaridad, especialmente de las cooperativas de ahorro y crédito, son en valores muy similares a las cuotas de aporte (capital integrado), con lo que las cooperativas cuentan con un importante capital a costo cero para la institución. El monto de dinero proveniente de los aportes obligatorios para la solidaridad no cuenta mayormente con un destino claro y transparente (al igual que el fondo educativo) y su aplicación para casos de desembolsos necesarios se restringe con reglamentaciones burocráticas severas para evitar el pago (reglamentos con letras chicas elaborados de manera ex profesos, para frenar la asistencia solidaria a los socios que verdaderamente lo requieren).

Tengo la impresión (como observador externo) que las cooperativas como empresa y como institución se ve cada vez más fortalecida (lo cual no es negativo), sin embargo, los socios no logran acompañar el mismo ritmo de crecimiento que las cooperativas como empresa, como institución. No es bueno ni sostenibles contar con empresas fuertes económica y financieramente y socios-productores y no productores débiles y empobrecidos. Es comparable a un país (PARAGUAY) con una macroeconomía fuerte y estable y una microeconomía (pueblo) empobrecida y débil.

Solo como reflexión, el hecho de contar con cooperativas económicamente y finaban- ciertamente fuertes tiene su origen con el sistema de capitalización vigente (ver punto 6 de este escrito, en las cooperativas multiactivas de producción) más que a la destreza administrativa de sus administradores. Cuando hay recursos financieros disponibles (de los socios) es fácil lograr éxito y el rey en su trono cosecha los aplausos.

Los socios, siendo dueño de una cooperativa no logra el respeto y las consideraciones humanas meritorias como tales ni de sus dirigentes y ni de los funcionarios (tampoco de los funcionarios que son socios o colegas de los socios agricultores).

El socio se valora solo como un cliente más (como si fuera un banco) y no como verdadero dueño. (por falta de aplicación correcta de los fondos educativos para conocer sus derechos y sus obligaciones). Muchas veces la participación de los socios en la asamblea es pasiva y emocional, por no conocer el fondo de las propuestas que las autoridades ponen en el orden de día. Esta sutil ignorancia se convierte en una simple alza mano en momentos de votar por una decisión. (Esta situación es aprovechada por las autoridades para aprobar por mayoría cuestiones de intereses personales de la autoridad (manipulaciones) que incluye hasta la expulsión de socios considerados como infieles por no comulgar con los intereses del rey o por simple protesta por algo que no resulta claro en el tema administrativo. (Una vez aprobado por mayoría con la inconsciente alzada de mano se legitiman la decisión, y ya no hay nada más que hacer.

Muchos de los mismos socios consideran a su cooperativa no más como si fuera solo un proveedor de crédito, una posibilidad para depositar su dinero en una cuenta de caja de ahorro o el uso de uno de los servicios que ofrece la cooperativa. No se vive el cooperativismo (nuevamente se apela a la problemática que el fondo educativo no cumple su función capacitadora y educadora). Se gasta recursos financieros de propaganda periodística a favor de la promoción política del rey, y no de promocionar la buena imagen de la empresa. Esto se acentúa al acercarse las elecciones de las autoridades de la cooperativa.

A veces se denota inclinaciones a favor de una determinada fracción política utilizando sutilmente la fuerza institucional de la cooperativa. Se promueve en el balance y sus resultados la acumulación de excedente como instrumento de propaganda política a favor a la administración vendiendo, una imagen de buena administración y de buen gobierno cooperativo para lograr permanencia del rey en su trono. Se compara la evaluación del monto de excedentes en términos nominales (no en términos reales).

Se restringe el tiempo de la devolución del capital acumulado (aportes integrados, aportes hechos por encima del compromiso asumido por el socio (capital suscrito) y el retiro del capital del socio que decide retirarse de su cooperativa (por vejez, por salir de la actividad productiva, etc.). Esta es una actitud poco ética, nadie puede disponer de los ajeno). Se entiende que se podría limitar la devolución del capital cuando hay una avalancha de retiros de socios al mismo tiempo, para evitar una descapitalización de una cooperativa, pero esto debe ser solo excepcional.

Poco control y difusión de los costos administrativos y su incremento en termino nominales, reales con índices adecuados. Los valores de los costos administrativas permiten lograr explicaciones validas de la posibilidad de mantenerse y crecer en competitividad comparada con el mundo no cooperativo (comercios agrícolas, bancos, supermercados, etc.).

El INCOOP como órgano regulador, fiscalizador (autarquía) controlador en base a indicadores, debe exigir a las cooperativas el cumplimiento de las funciones educativos, administrativos (reducir los costos administrativos y restringir gastos superfluos, etc.).

 

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