Los gremios productivos están en estado de alerta y han levantado su voz para expresar su preocupación y rechazo ante los recientes acontecimientos que han sucedido tras las elecciones nacionales.
Desde la Asociación Rural del Paraguay (ARP) mencionaron que, “como gremio productor, llamamos a la paz social y al respeto a las instituciones, en especial al resultado de las elecciones manifestadas por el pueblo soberano el pasado 30 de abril”.
Dijeron además que no se puede tolerar actitudes totalitarias que pongan en riesgo el Estado de Derecho. “La democracia es la manera de convivencia que elegimos, y violentos actos instigados, como los que presenciamos en estos días, son un retroceso en nuestra construcción social”.
Por su parte, la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO), también insta a las personas y a los políticos a respetar a las instituciones, a buscar el diálogo y a resolver los problemas dentro del marco de las leyes.
“No estamos en contra del derecho a la manifestación, pero como gremio consideramos que si alguna de las personas que pugnaron por un cargo no confía en los resultados y su duda se basa en pruebas concretas, la denuncia se debe hacer por las vías legales correspondientes a través de las instituciones pertinentes, de modo a que por medio de un proceso se determine si aquella tiene o no sustento jurídico”, se lee en el comunicado del gremio.
La Unión Industrial Paraguaya (UIP) es otra institución que expresa su preocupación por los hechos vandálicos registrados en el país luego de las elecciones generales, por lo cual solicitan a través de un comunicado que las autoridades competentes puedan garantizar el Estado de derecho en el país, así como la protección y la plena seguridad de las personas para circular por todo el territorio nacional.
“Reconocemos el legítimo derecho de todo paraguayo de reclamar, pero la violencia jamás será el camino correcto. La designación de nuevas autoridades para los poderes Ejecutivo y Legislativo es el resultado de un proceso que ha sido monitoreado por los diferentes actores políticos, a través de sus representantes el día de los comicios, como así también por los organismos internacionales, hechos que otorgan plena legitimidad al proceso eleccionario”, concluye.
