Las intensas lluvias que azotan al Chaco paraguayo han generado una situación crítica que afecta tanto al sector productivo como a las comunidades más alejadas. El Dr. Egon Neufeld, productor chaqueño, conversó sobre el dramático escenario que enfrenta actualmente la región.
Este lunes, en el programa Poder Ganadero —transmitido de 5 a 6 a.m. por Unión Radio y TV— se abordaron temas clave para el sector agropecuario. En esta edición, el Dr. Neufeld ofreció un panorama de la situación actual en el Chaco paraguayo, mientras que Ángel Garcete, director de Granopar, habló sobre la importancia del maíz en la producción nacional.
“Estamos iniciando una nueva semana laboral, pero con serias complicaciones”, comenzó diciendo el Dr. Neufeld. “La cosecha está prácticamente paralizada. Venimos de ocho días consecutivos de lluvias, con suelos completamente saturados. Es muy difícil avanzar en estas condiciones”.
El panorama es alarmante en zonas como Agua Dulce, Toropampa y Mariscal Estigarribia. “Todo el norte del Chaco está desconectado de los centros urbanos del Chaco Central”, señaló. “Las rutas están inundadas, intransitables incluso para vehículos 4×4. Solo los tractores logran desplazarse, y eso, de forma muy limitada. Llevamos un mes en esta situación”.
Las máquinas pesadas, utilizadas incluso para evacuar personas y transportar víveres, han deteriorado aún más los caminos. “Los vuelos locales se han vuelto la única vía viable para conectar comunidades, trasladar personas y llevar alimentos”, agregó.
En la zona de Agua Dulce se había iniciado la cosecha. Por suerte, un silo local permitirá almacenar parte de la producción, mientras se pueda mantener funcionando con generadores a combustible, recurso que también escasea, explicó. Sin embargo, advirtió que por al menos dos semanas no habrá forma de trasladar productos hacia las rutas.
La situación ganadera también es preocupante. “El ganado está literalmente en el agua. No hay descanso ni pasturas secas. Los animales están bajo alto estrés, y los terneros son los más afectados. Hay pérdidas”, afirmó Neufeld.
Los frigoríficos, como el de la Cooperativa Chortitzer, ya están sintiendo el impacto: “No se puede evacuar ganado hacia las industrias. El Chaco está muy limitado, y esto compromete a toda la cadena productiva”.
Neufeld agregó que ya no se está hablando de cosecha, sino de sobrevivencia. Las comunidades están completamente aisladas. El abastecimiento de víveres se ha vuelto una cuestión humanitaria.
“La agricultura es así: se invierte todo al inicio con la esperanza de pagar al cosechar. Si no hay cosecha, no hay forma de pagar”, explicó. “Venimos de años de sequía. Ahora, con el cambio de La Niña a El Niño, estas lluvias nos golpean duramente”.
Neufeld apeló a la resiliencia del productor: “El agricultor mira a largo plazo. Aunque el golpe a corto plazo es fuerte, no podemos bajar la cabeza. Hay que seguir firmes, unidos y con ánimo”.
Sobre posibles soluciones, indicó: “La única opción a corto plazo es que se den algunos días de sol. Reparar caminos desde cero es carísimo y no hay fondos disponibles. El sector privado está afrontando esto con solidaridad entre vecinos”.
Como cierre, el Dr. Egon Neufeld dejó un mensaje esperanzador: “Yo también soy productor y sé lo que es perder. Pero debemos unirnos, salir de la lógica individual y mirar más allá de nuestro alambrado. Reconstruir lo destruido juntos. Y, sobre todo, confiar en que Dios está en control. Él bendice el trabajo honrado. ¡Ánimo, fuerza y sigamos adelante!”.
De los sueños del campo al liderazgo en la gastronomía paraguaya
Lo que comenzó en los años 80 como el sueño de un joven agricultor del interior del país, hoy es una marca emblemática de la gastronomía paraguaya. Ángel Garcete, actual director de Granopar, recuerda con orgullo los inicios de la empresa familiar, fundada por su padre al llegar a la capital con la visión de transformar los granos de maíz producidos en el campo en alimentos listos para el consumo.
“El sueño de mi padre nació en los pasillos del mercado de Abasto. Allí, con su experiencia como productor de maíz, surgió la idea de crear un producto derivado que facilitara el acceso a nuestras comidas tradicionales”, relata Garcete.
Así nació Granopar, con el objetivo de conservar la esencia del sabor paraguayo en una presentación práctica y moderna. Hoy en día, sus productos, como la sopa paraguaya y la chipa guazú, forman parte de las principales cadenas de supermercados del país.
El producto estrella de la marca sigue siendo la sopa paraguaya instantánea, desarrollada tras años de investigación. “Buscamos que cada bocado evoque ese recuerdo de tu madre o tu abuela cocinando. Ese fue siempre nuestro norte”, afirma Garcete.
El desarrollo más reciente de la empresa, el vori vori, ha sido recibido con entusiasmo por el público y ha abierto nuevas puertas en el mercado gastronómico. Este producto se alzó recientemente con el primer premio en un certamen de investigación culinaria realizado en Chile, junto a la sopa paraguaya.
“Estamos orgullosos de que nuestra calidad esté siendo reconocida fuera del país. No solo es un logro empresarial, es un reconocimiento al trabajo de todo un equipo que apuesta por la excelencia”, enfatiza el director.
Más allá de su impacto comercial, Granopar se ha posicionado como un actor clave en el desarrollo del pequeño productor paraguayo. Hoy trabaja directamente con más de 2.500 agricultores en distintos departamentos, especialmente con aquellos que manejan pequeñas parcelas sin acceso a tecnología ni capacitación técnica.
“Nuestros principales aliados son los pequeños productores, los que cultivan una o dos hectáreas. Son ellos quienes sostienen este sueño con nosotros, y nuestra misión es acompañarlos, capacitarlos y garantizarles un mercado justo para su producción”, destaca Garcete.
Granopar colabora con cooperativas y asociaciones como Fecoprod, articulando procesos de formalización, capacitación y planificación de la producción. También mantiene alianzas con programas como Hambre Cero y empresas proveedoras que utilizan sus productos en comedores comunitarios y restaurantes.
Una empresa en constante evolución. Granopar opera con una estructura directa de unas 55 personas, pero con un impacto laboral que supera los 200 colaboradores, entre transportistas y personal auxiliar. La empresa apunta a seguir creciendo con un plan de expansión que incluye el desarrollo de nuevas líneas de productos, la certificación de semillas locales e incluso proyecciones de exportación.
“La calidad es innegociable”, repite Garcete, haciendo eco del consejo fundacional de su padre. “No somos el producto más barato, pero sí el mejor. Nuestro control de calidad, desde el grano hasta el producto final, es riguroso. Contamos con ingenieros, tecnólogos y un equipo profesional comprometido con mantener el prestigio que hemos alcanzado”.
Para Garcete, el desafío es claro: mantener el legado familiar, asegurar la calidad y seguir siendo un aliado estratégico para el desarrollo del campo paraguayo. “Este es solo el inicio de una nueva etapa. Queremos seguir creciendo, innovando y siendo una empresa que sirva a su gente, a la comunidad, y que represente con orgullo la tradición paraguaya en cada rincón donde llegue nuestro producto”.
Todos los lunes, de 5 a 6 a.m., acompañá a Guido Giménez en Poder Ganadero, el programa imperdible de Unión Radio y TV para los apasionados del campo.