La trazabilidad es una inversión en calidad para acceder a mercados más exigentes

El Ing. Víctor Medina, director de la certificadora Control Union, considera que el Sistema de Identificación Animal del Paraguay (SIAP), que será obligatorio desde enero de 2025, debe verse como una inversión estratégica en lugar de un gasto adicional.

La Ley 7.221/23 por la que instituye el sistema de identificación animal del Paraguay, tiene como objetivo identificar y registrar animales de diversas especies dentro del país, con el fin de construir la trazabilidad del mismo durante todo el proceso productivo, a fin de asegurar la sanidad animal, inocuidad alimentaria, bienestar animal y ambiental.

“Nos permitirá contar con más registros, lo cual es crucial, porque al tener registros, no solo podemos mejorar, sino también medir nuestro desempeño. Cualquier sistema de trazabilidad es una gran inversión”, asegura Medina.

El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) es el organismo de aplicación del Sistema de Identificación Animal, quedando a su cargo la elaboración de la reglamentación del mismo. Inicialmente la identificación se implementará al ganado bovino, pudiendo abarcar a otras especies con potencial productivo como ovinos, caprinos, porcinos, entre otras.

A medida que se implemente esta herramienta, podrían surgir algunas deficiencias propias de su carácter novedoso. Sin embargo, el directivo de Control Union menciona que es un aspecto que debe abordarse de manera positiva, enfocándose en la búsqueda de soluciones y en el avance constante. “Es un paso inicial crucial que nos permitirá mejorar nuestro acceso al mercado internacional, un desafío que teníamos pendiente desde hace tiempo”, subraya Medina.

Sobre la apertura de más mercados para la carne, Medina opina que el sector debe ser consciente de su capacidad productiva y de la calidad de su producto, que puede ser diferenciada. La clave está en mejorar la calidad del producto para ganar la confianza del mercado local como internacional, especialmente de los consumidores. “En lugar de centrarnos únicamente en grandes volúmenes, como en el caso de China, debemos buscar mercados más pequeños, pero más especializados, que nos permitan cumplir con estándares específicos sin exigir tanto volumen. Si conseguimos diferenciarnos, nos irá mejor”, dijo.

En este contexto, optimizar la identificación animal es fundamental, igualmente la eficiencia en la producción, especialmente en lo que respecta al porcentaje de marcación de la hacienda, que todavía es muy bajo, asegura Medina. “Esto nos permitiría disponer de más ganado rápidamente. Además, debemos trabajar en la suplementación y en el manejo adecuado del desarrollo de la recría, que asegurará que los animales alcancen un peso adecuado y una buena conformación a los dos años, permitiéndonos cumplir con los requisitos internacionales”.

Control Union es un holding internacional con más de 100 años de trayectoria y presencia en más de 80 países de Europa y América Latina, lo que le confiere una amplia experiencia en certificación en diversas áreas. En Paraguay, es un tema que aún genera cierto temor. En este aspecto, Medina destaca que es esencial entender que la certificación es una herramienta estratégica para diferenciarse en el ámbito internacional y para evidenciar el cumplimiento de los más altos estándares de calidad.

“No debemos ver como una amenaza, sino como una oportunidad para aliarnos con la calidad. Afirmamos tener carne de calidad excepcional, pero la verdadera pregunta es: ¿cómo medimos esa calidad? El consumidor internacional busca productos que cumplan con estándares específicos, los cuales deben estar debidamente certificados. La certificación no es un obstáculo, sino una oportunidad para diferenciarnos y destacar en el mercado”, concluye el representante de Control Union.

Entre los principales beneficios de la certificación se destacan: la optimización de los sistemas de registro y gestión de la información, lo que permite un mejor control de los aspectos comerciales y técnicos de la operación; la reducción del impacto ambiental de la explotación mediante la disminución en el uso de productos tóxicos; y el aumento de la confianza por parte de clientes, colaboradores y otros. Además, la certificación otorga ventajas competitivas frente a organizaciones no certificadas, mejora la productividad, reduce costos y disminuye los riesgos.

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