Situación actual del rubro de la mandioca

La adversidad climática por sequedad y altas temperaturas, está dejando cuantiosos daños y pérdidas al sector productivo; mayoría de los cultivos agrícolas temporales e incluso permanentes están afectados, dejando a su paso una situación irreversible para la recuperación y obtención de cosechas; la dependencia del agua lluvia que caracteriza a gran parte del sistema productivo, esta vez golpea con dureza y sin compasión a los esforzados compatriotas productores.

Se considera a la mandioca como una especie vegetal con capacidad de aguante y tolerancia a la sequía, comparado a otros cultivos como el maíz u otros; no obstante, ante la persistencia de las condiciones extremas de seca y alta temperatura, también resiente el stress hídrico, expresado durante el día con el follaje cerrado tipo marchitez, de vuelta se abre y expanden en las horas frescas de la noche y por la mañana; este comportamiento es el mecanismo de defensa natural o fisiológico del género Manihot, para sobrellevar y superar la condición desfavorable que le toca pasar; al registrarse varias lluvias, inicia rápidamente la etapa de recuperación, propiciando la formación de nuevo follaje y la carga de raíces.

La mandioca es un cultivo de ciclo anual, es decir, dispone tiempo para superar esta situación desfavorable, en tanto y en cuanto se registren varias precipitaciones de forma secuencial; de hecho que se registrara una merma en rendimiento de raíces, cuya verificación se haría al cierre del 1er ciclo – entre los 9 a 12 meses de la plantación; recién ahí se podrá determinar o cuantificar el porcentaje de pérdidas en afectación; el nivel de incidencia o daños basados en apreciaciones visuales o cualitativas, es un parámetro quizás muy subjetivo, resultado de variables o condiciones donde están implantados los mandiocales (tipo, condiciones y fertilidad del suelo; variedad implantada en cuanto a niveles de tolerancia al stress; edad, vigor y sanidad del cultivo, tolerancia o defensa ante presencia de plagas y/o enfermedades).

Los cultivos implantados en forma anticipada o tempranera han enraizado y disponen una masa foliar importante, que les permite sobrellevar la adversidad climática, aunque a expensas de las reservas acumuladas; en contra partida, plantaciones tardías – octubre/noviembre, resienten el stress, el crecimiento vegetativo ha parado y la carga de raíz es nula o escasa; se presentan marchitez, secamiento y caída de follaje, hasta muerte de plantas.

Fuente: MAG.

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