El ingeniero Marcelo Barúa, representante técnico de Agrosoil, destacó los beneficios del manejo biológico de los rastrojos posteriores a la cosecha de arroz mediante la aplicación de probióticos. Esta práctica permite acelerar el proceso de descomposición de los residuos vegetales, ricos en nutrientes clave como calcio, magnesio, potasio y fósforo.
“Luego de la cosecha, observamos una gran cantidad de rastrojos en el campo. El siguiente paso es aplicar probióticos con herbicidas, lo que acelera la descomposición de esta materia orgánica, rica en elementos esenciales que serán reciclados para su reutilización en el siguiente cultivo”, explicó Barúa.
Este tratamiento no solo mejora la fertilidad del suelo, sino que también reduce el uso de maquinaria agrícola, ya que la incorporación de los restos orgánicos se produce de manera más eficiente. Según el especialista, el proceso de descomposición mediante microorganismos puede llevar entre 4 y 5 meses.
“El manejo adecuado permite que el productor pueda realizar una siembra directa en la misma parcela. Solo es necesario nivelar ligeramente aquellas zonas donde la maquinaria alteró el terreno, y con eso ya se puede proceder a sembrar nuevamente sin labranza”, concluyó.
Esta técnica representa una apuesta sustentable que favorece la salud del suelo y contribuye a una agricultura más eficiente y económica.





