Gaspar Colmán, empresario rural de Ybytymi, departamento de Paraguarí, habló sobre el cultivo de sus cebollas que viene plantando desde hace 47 años. Confesó que en aquella época su cosecha era más tradicional y costaba alcanzar buenos volúmenes, sin embargo, hoy día logra mayores cifras mediante la incorporación del sistema de riego que lleva utilizando hace menos de 10 años.
En un terreno de cuatro hectáreas cultiva diversas variedades de cebollas tales como; Poranga, Alborada, Angaco y Bella Dura de Sakata. “Este es el primer año que planto la variedad Poranga, pero Sakata es la que más utilizo, ya que es más rápida”, explicó.
Este año a raíz de varios fenómenos climáticos los productores tuvieron dificultades con su producción, “invertimos mucho, pero la sequía nos perjudicó. Si los precios son buenos podríamos llegar a subsanar dichas pérdidas, en caso contrario, solo vamos a empatar en cuanto a los costos”, confesó.
Con la variedad Alborada el año pasado logró 35.000 kilos por hectáreas y este año espera superar dicha cifra, pues posee tecnología de punta para lograr este objetivo, además del acompañamiento del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en materia de asesoramiento técnico y capacitaciones.
«Hace cuatro años que incorporamos tecnología a nuestra producción, lo que generó una mayor ganancia. Es grande la diferencia entre una producción con y sin innovación», agregó.
La producción de don Colmán adquiere asociaciones y particulares. “Cuando el producto es bueno se vende bien”, aseveró.
Rotación de cultivo. Para un mejor aprovechamiento de sus suelos realiza esta práctica. Tras la cosecha de cebolla optará por abono verde. Años anteriores hizo lo mismo con poroto y maíz cuando cosechó papa, de esta forma favorece a las variabilidades de las siguientes cosechas.
Ayornarse a ls tecnologías. Colmán recomendó a los productores mejor no cosechar si no van a realizar con sistema de riego, puesto que el trabajo se dificultará. Asimismo, a aquellos que desean utilizar la tecnología opten por la cebolla híbrida, específicamente la variedad Bella Dura de Sakata, que debe cultivarse en abril o mayo.