Tras 20 años de estudio se concluye que el maíz transgénico es tan sano como el orgánico

Un grupo de científicos italianos realizaron un metaanálisis, abarcando más de 6.000 estudios referentes al cultivo del maíz y encontraron que los transgénicos lograron aumentar los rendimientos hasta en un 25 %, además de que redujeron drásticamente los contaminantes peligrosos de los alimentos.

El estudio, publicado en Scientific Reports, cubre 20 años de datos recabados desde América del Sur, Estados Unidos, Europa, Asia, África y Australia. El análisis reafirmó el consenso científico de que el maíz genéticamente modificado (GM) o transgénico no presenta riesgos para la salud humana y aseguran que el meta-análisis “permite sacar conclusiones inequívocas”, lo que ayuda a aumentar la confianza del público en los alimentos producidos por plantas GM.

Actualmente hay dos tipos de características transgénicas en el maíz disponibles para los agricultores a nivel comercial: la tolerantancia a herbicidas (TH), que permite a los agricultores controlar mejor las malezas; y resistencia de insectos (Bt), que combate plagas como el barrenador del maíz. Algunos maíces GM tienen las características combinadas de tolerancia a los herbicidas y de resistencia a los insectos.

El maíz tolerante a herbicidas está genéticamente modificado para conferir tolerancia a ciertos herbicidas, entre ellos principalmente el glifosato, lo que significa que el herbicida no afecta al maíz, pero las malezas son eliminadas. Esto se logró incorporando genes de una bacteria del suelo al maíz. El maíz resistente a los insectos es el resultado de la inclusión de genes de otra bacteria del suelo, Bacillus thuringiensis (Bt), el que comúnmente es utilizado como pesticida natural aprobado en los cultivos orgánicos. Se ha demostrado que esta protección incorporada en el maíz reduce la necesidad de fumigación con insecticidas.

Las variedades de maíz transgénico aumentaron el rendimiento de los cultivos entre un 5,6 % a un 24,5 % en relación con sus equivalentes no modificados genéticamente.  Los cultivos de maíz transgénico tuvieron porcentajes más bajos de micotoxinas (-28.8 %), fumonisinas (-30.6 %) y ticotecas (-36.5 %), los cuales pueden ocasionar pérdidas económicas y dañar la salud humana y animal gravemente.

Disminución de pesticidas con GM

El Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones de Agrobiotecnología (ISAAA, por su sigla en inglés) y PG Economics, Ltd. publicaron estudios donde destacan los constantes beneficios sociales, ambientales y económicos que ofrece la adopción de los cultivos modificados mediante biotecnología en el mundo, y, entre una serie de análisis del comportamiento de los cultivos biotecnológicos, señalaron que los transgénicos permiten que los agricultores usen insecticidas y herbicidas de forma más estratégica para así reducir el impacto ambiental asociado con su uso (un 18,4 % menos en las zonas destinadas a cultivos GM desde 1996). Cabe destacar que tanto el maíz convencional como el transgénico requieren del uso de productos fitosanitarios.

A nivel país

Es utilizado el maíz convencional como el transgénico, el primero les brinda a los productores una mayor producción por hectárea con un menor costo de inversión en fitosanitarios y mano de obra, mientras que las variedades convencionales son utilizadas por algunas familias, con menor producción y mayor necesidad de mano de obra en el control de malezas. La gerente general del Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO), Ing. Agr. Estela Ojeda, recordó que, para poder estar disponibles en el mercado, los transgénicos atraviesan por estrictos controles y fueron autorizados para su utilización tras haber pasado por controles que los ajustan rigurosamente a las normas vigentes de bioseguridad.

Aseguró que la inocuidad de los alimentos es un punto principal para que un transgénico sea lanzado a nivel mundial y Paraguay no se escapa a estas evaluaciones. “Todas esas evaluaciones permitieron establecer que un maíz genéticamente modificado es equivalente sustancialmente a uno no transgénico, con sus mismas características que lo definen como alimento para las personas”, detalló la gerente.

El Ing. Agr. Claudio Fleitas, encargado del Programa de Agricultura Sustentable del INBIO, destacó que los productores buscan más el maíz transgénico por la facilidad que le brinda en el control de las malezas y su alta compensación en productividad. Explicó que al maíz transgénico (conocido popularmente como Avati randa) mejora el uso de la mano de obra dentro de la finca, ya que, por ejemplo, con el uso del glifosato los productores realizan el manejo de malezas en tiempo muy reducido comparado con el control manual. Aseguró que en los casos de integrar ambos métodos para control de malezas resistentes el empleo de la mano de obra de la finca es menor.

Detalló además que el tiempo ahorrado en el control de las malezas, el productor lo invierte en otras actividades como darle un valor agregado a los productos de la finca, como la producción de carne, leche y huevo que son comercializados en la comunidad o en los centros urbanos. Por otro lado, enfatizó en que con el uso de la biotecnología la cantidad de aplicaciones de insecticida para el manejo de las plagas se reduce al mínimo, ya que la tecnología produce ciertos tipos de proteínas en las plantas para el control de plagas principalmente lepidópteras.

Además, recordó que es importante resaltar que para alargar la vida útil de esas tecnologías se implementa el refugio dentro de las parcelas. Por su parte, el Ing. Agr. Fabio Vega, técnico del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de San Juan Nepomuceno, departamento de Caazapá, zona altamente maicera, explicó que gran parte de los productores, principalmente los de menos de 10 hectáreas, están utilizando el maíz transgénico, sin embargo, necesitan mejores manejos del cultivo.

Explicó que una excelente combinación sería la utilización del maíz transgénico, buen manejo del glifosato y con un manejo de suelo adecuado para el cultivo, con eso ahorraría mucho el control de las malezas en forma manual y reducir el uso del fitosanitario.

Fuentes: INBIO, CHILEBIO, ISAAA.

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